N.B. de ANÁLISIS DIGITAL

Personal que se desempeña en la escuela Almafuerte, dependiente orgánicamente de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales (FHAyCS) de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), avaló la denuncia de la docente Isabel Giménez contra la directora Patricia Cabrera y la vice María del Carmen Hilbe, por acoso y persecución laboral. “Tenemos miedo de dar nuestros nombres”, recalcaron una y otra vez, entre las personas que se atreven a hablar.

“Isabel Giménez sufrió abuso laboral. Por mi parte he tratado de contenerla y ayudarla. Tenemos muchos compañeros que han sufrido situaciones similares, pero nadie se anima a denunciar porque tienen miedo, le tienen miedo a la directora. Hay gente que se ha ido por las presiones y el manejo. La directora es una persona dominadora, que quiere manejar todo como se le antoja. Junto a la vice, ha impuesto un régimen en la escuela. Para afuera, ella aparenta ser lo que no es. Cuando se ha traído a algún gremio a la escuela por esto, ella por un tiempito se calma y después vuelve a ser todo igual. La situación de llevar docentes a la Dirección y presionarlos adentro se ha repetido en varias ocasiones, con distintas personas. Hay gente que una o dos veces por semana -durante algún tiempo determinado- ha salido llorando de la Dirección, diciendo que ya no sabían qué hacer para conformar a la directora”, se precisó a este medio.

“A mí me trataron de bajar línea. Yo he ido a la Dirección pero me hice valer, les demostré que no les tengo miedo porque los directores van y vienen, pero los compañeros de trabajo nos jubilamos todos juntos. Yo no pienso vender mi dignidad para trabajar bajo ese yugo”, agregó la misma persona y luego precisó por qué terminó dentro de la Dirección. “Hay cosas demasiado importantes que desde que está esta directora, a mí no se me informan más y eso me perjudicó directamente, es decir, dejaron de informarme y me vi expuesto a situaciones que con el tiempo me enfermaron”, se explicó, dando detalles sobre la afección física.

“Hay gente que lleva información a la directora y eso se paga de distintas maneras, son favores”, se acotó. “Si uno piensa distinto, ideológicamente hablando, te persiguen. Si llegás a decir algo en contra de los directivos, al otro día te citan para tirarte abajo la humanidad. Por un lado hablan de Derechos Humanos, por otro no valoran la humanidad de los compañeros”.

Por fuera de la escuela, desde ámbitos gremiales se ratificó la situación a este medio. “Nosotros estábamos al tanto de todo, la docente que denunció no es el único caso. Esto viene de hace bastante, sabíamos del avasallamiento de derechos. Las personas que lo sufren no se animan a dar su nombre por el nivel de presión que hay. Esta situación que ahora se hace pública recién empieza, porque hay muchas irregularidades”, se indicó, en tanto, desde la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER).