Los bomberos de la Policía Federal comenzaron a realizar esta mañana las tareas de rescate de los cuerpos de cinco de los siete mineros que aún permanecen dentro del yacimiento carbonífero de Río Turbio y que ya fueron localizados. Una vez que se puedan retirar los cuerpos de estos cinco mineros, los socorristas continuarán con la búsqueda de los otros dos trabajadores que siguen desaparecidos desde el lunes pasado cuando se produjo la explosión.
Los cinco cadáveres hallados -que estaban boca abajo- fueron divisados a última hora del viernes, a siete kilómetros de la boca de la Mina 5, entre la uniones nueve y diez, muy cerca del sitio donde se hallaron los cuerpos de los otros siete mineros muertos cuyos cuerpos ya fueron retirados del yacimiento.
Uno de los cinco cuerpos que fueron ubicados ya fue identificado y corresponde José Luis Armella, de 25 años, quien fue reconocido por el número que está inscripto en el casco que utilizaba para trabajar. El subcomisario Roberto Troglia, de bomberos de la Policía Federal, indicó que las tareas de rescate son "complicadas" y dijo que trabajan grupos de cuatro hombres conjuntamente con personal de la mina y bomberos de la provincia de Santa Cruz.
"Entre otras cosas, se van a utilizar los elementos de seguridad necesarios y una cámara térmica que trabaja por cambio de temperarura y que ayuda para identificar algún cuerpo" precisó. Asimismo, Troglia agregó que: "los túneles tienen la estructura debilitada, y por eso hay que ir con rodados hasta los 200 metros y estar siempre con el equipo respiratorio colocado".
En la noche del viernes, los brigadistas tuvieron que suspender las tareas de rescate porque un miembro del equipo sufrió un principio de asfixia debido a las altas temperaturas y debieron regresar a la superficie. Por otra parte, se pudieron retirar los dos camiones, un Mercedes Benz 1114 y uno de menor porte de marca japonesa que habían quedado en el lugar luego de que parte de los trabajadores lograron escapar al producirse el incendio y derrumbe en la mina.
De esta manera, el paso quedó liberado para que pudiera ingresar otra patrulla de brigadistas, entre los que estaban especialistas de la Policía Federal. Precisamente, estos efectivos portaban consigo una cámara térmica, para poder diferenciar entre la temperatura ambiente y la que transmiten los cuerpos humanos. El accidente se produjo el lunes por la noche, pasadas las 23:00, en momentos en que más de 60 personas estaban trabajando en el interior de la mina de carbón. Un incendio de proporciones y un posterior derrumbe dentro de la mina, provocó que 14 obreros quedaran atrapados desde ese momento.
Los rescatistas, luego de varios días de trabajo, encontraron los cuerpos sin vida de siete de los mineros, algunos de los cuales fallecieron asfixiados y otros por aplastamiento. Lo más difícil de las tareas de rescate estuvieron centradas en apartar los gases tóxicos de la mina, y también de acceder al lugar en donde estan los restantes siete mineros atrapados, que es a seis kilómetros de la entrada, con una inclinación de 17 grados.