A pesar de un mejor comienzo de la Gloria (buscó por abajo, con una buena circulación de Vismara), a los 29 minutos, apareció el Pata Avendaño para aprovechar un rebote después de un córner de Brítez Ojeda y marcó el primer gol del partido. Era demasiado premio para la T, pero se sabe: los goles no se merecen. Así, el equipo de Sialle aprovechó la que tuvo y luego esperó.
En el segundo tiempo, los dos equipos salieron sin cambios. Y el planteo fue parecido, con Instituto yendo a buscar y Talleres esperando para salir con contragolpes. Tanto que Agüero se la jugó: metió a Burzio y Lastra por Favalli y Telechea. Todo o nada. Y cuando se jugaban los primeros minutos, Sánchez Sotelo cedió a Klusener y hubo una mano intencional de De Miranda. Era penal para el Albiazul, pero el juez hizo seguir.
Tuvo su premio Instituto a los 19 minutos, cuando falló en la salida el arquero Santillo y la pelota le quedó a Wanchope Ábila quien, de cabeza, puso el 1 a 1. El delantero no se privó de festejar a lo Topo Gigio (no había público visitante), ante una multitud que no paraba de insultarlo, da cuenta Mundo D.
El partido siguió con alta emotividad hasta el final, cuando el ex Patronato Sánchez Sotelo tuvo la chance de liquidarlo. Le pegó de aire y la pelota dio primero en el palo derecho del arco de Chiarini y luego, en el izquierdo. Instituto salió de esa jugada con un pelotazo, pero se equivocó Trulls y aprovechó Burzio. Fue hasta el fondo, mandó el centro y Lucas Godoy - un ex Talleres- entró por el medio y metió el 2 a 1 para la locura de la Gloria. Una locura inolvidable.
Foto Ramiro Pereyra