Ezequiel Re
(especial para ANALISIS DIGITAL
Siete goles en ocho partidos y de esas conquistas apenas dos fueron marcados por delanteros. La luz de alerta se enciende en el ataque Rojinegro que en la noche de lluvia y viento de la ciudad de Tandil, igualó 0 a 0 ante el último de la Zona B Santamarina.
A priori de dicho encuentro todos los ojos estaban depositados en el esquema. Es que por primera vez y visitante se dispondría en cancha de un enganche, con la presencia de Sebastián Grazzini. Tras aquel golazo ante Sarmiento de Junín donde depositó el potrero en el pie izquierdo, aquellos amantes del buen fútbol esperaban que el ex Racing tenga mayor cantidad de presencia en cancha.
Era el himno al juego. Pero, sin dudas que su punto débil es la falta de constancia. Quienes lo vieron más partidos en cancha dicen que el Mágico si no entra en partido, después es difícil que pueda desarrollar su habilidad. Algo de ello pasó en Tandil. De todos modos se valora la postura.
El 4-3-1-2 manifiesta otra ambición en cancha, la de atacar más que defender. Y de seguir el equipo en la meseta de los empates (tres consecutivos, pero cinco sin perder) la victoria ameritará esa ambición de esquema. Está el otro dato: los bonaerenses redoblaron la marca sobre el enlace y algunos espacios se generaron aunque no se filtraron muchas acciones de gol.
Y justamente se llega a ese punto que ya sufrió la temporada pasada cuando todas las miradas se posaban en César Carignano, quien pese a un buen sprint final anotando algunos tantos, en el resto de la temporada y los meses de la anterior, la sequía fue grande y la esperanza mucha.
En un certamen de largo aliento aún no debería hacer ruido el hecho que en los ocho partidos disputados, los delanteros apenas marquen por dos (Caprari y Arraya). Pero en un certamen corto como el que se desarrolla evidentemente las necesidades tienen poco tiempo de espera.
En dos fechas culminará la primera rueda y en la segunda otro será el cantar. Dos fechas en la que Patronato tendrá que buscar la posibilidad de pegar el salto y meterse en el grupo de los cinco donde las presiones serán distintas en relación a quedar afuera de esa zona.
Hoy la tabla, salvo Atlético Tucumán, que pegó un estirón y se alejó un poco, el resto está cerca. En consecuencia posibilidades hay. Ahora Crucero del Norte y más adelante Unión de Santa Fe, marcarán el fin de la rueda. Dos partidos para saber dónde está parado. Mientras seguirá el dilema: jugar con enganche o no, elevar niveles y esperar que el gol en los delanteros se haga presente.
Lo bueno
Patronato generó situaciones de gol. Una pelota parada, una acción colectiva y la aparición de un extremo colocando una pelota perfecta.
La posición en cancha. A pesar del poco juego escénico que tuvo Grazzini, el 4-3-1-2 marcó una postura ambiciosa. Se deberá insistir por ese camino.
El trabajo de los volantes Brum, Canuto y Guzmán. Marca y apoyo de chances de gol. Canuto en un disparo, Guzmán en un pase bárbaro a Quiroga.
Para mejorar
Desconcentraciones en defensa. Andrade se durmió en una pelota que no aprovechó Santamarina. En tiempos de definición podría significar una derrota.
El jugador pedido, no tuvo el rol protagónico. Hubo marca doble en algunas zonas de la cancha, pero igualmente no tuvo la movilidad esperada.
La ausencia del gol en ataque. Lo tuvo Quiroga y la tiró por arriba. Acosta definió mal en una jugada excelente donde participaron todas las líneas.