Entre los atenuantes que motivaron la morigeración de la pena de prisión perpetua solicitada por la Fiscalía, el tribunal valoró “la permeabilidad del reo al influenciable predominio de su víctima en la concepción y producción del luctuoso hecho”.
Sobre esas bases, sumadas a la ausencia de antecedentes penales, la culpabilidad de grado de dolo directo y sus condiciones socioculturales, se resolvió condenar al procesado a 19 años de prisión por ser autor penalmente responsable del delito de homicidio simple, publicó El Litoral.
(Foto: El Litoral)