“Su presencia se extraña mucho, lo recordamos en las anécdotas familiares. Además él tenía una muy buena relación con sus sobrinos y eso se extraña demasiado. Hay recuerdos imborrables que salen a la luz cuando uno mira el álbum de la familia”, manifestó Dardo Ardur.
En ese sentido indicó que su hermano “tenía un gran compromiso social, él iba por los barrios ayudando a la gente, no le importaban la jerarquías, hizo lo que tenía que hacer y mantuvo sus ideales”.
“Para nosotros era una bendición que el fuera sacerdote, su mamá estaba muy orgullosa de eso”, remarcó en declaraciones al programa A quien corresponda (Radio De la Plaza).
El cura Adur era oriundo de Nogoyá, luego de recibirse de bachiller viajó a Buenos Aires para ingresar como seminarista a la congregación francesa de Los Agustinos de la Asunción perteneciente a la Iglesia Católica, conocidos como los asuncionistas. Se recibió de sacerdote estando en Chile y regresa a Nogoyá para celebrar su primera misa.
Luego fue nombrado párroco de la Iglesia San Miguel de Tournes en el barrio de Belgrano de Buenos Aires, al poco tiempo se desvinculó de los curas tradicionales y con una gran cantidad de curas conforman el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, del cual Jorge era uno de los redactores de sus documentos. Viajaron a España para entrevistarse con Juan Domingo Perón.
Junto con militantes y sacerdotes fundaron una capilla en la calle Paraná 6.602 de Olivos, donde organizó festivales, casamientos y peñas para recaudar fondos para los barrios humildes.
Según sus allegados fue asesor espiritual de la familia Abal Medina, y la persecución comenzó después del asesinato de Fernando Abal Medina. Es que la familia le había pedido que reconozca el cuerpo en la Policía Federal para retirarlo y habría sido testigo de cómo la policía arrojó al cuerpo de Fernando desde el cuarto piso.
Un grupo de curas y obispos trasladaron a Jorge al interior de la provincia de Buenos Aires donde permaneció un tiempo hasta que el nuncio apostólico Pío Laghi lo trasladó en auto hasta el avión que lo llevaría fuera del país.
Según sus allegados, Jorge Oscar Adur, Capellán del Ejército Montonero, regresó al país del exilio en Francia en el marco de la Contraofensiva Montonera y fue secuestrado el 26 de junio de 1980 en Paso de los Libres/Uruguayana cuando viajaba a Puerto Alegre, en la empresa General Urquiza, bajo el nombre de Pedro Ramón Altamirano DNI 4.066.191.
Ese mismo día y en ese mismo lugar secuestran a Lorenzo Ismael Viñas quien se dirigía a Río de Janeiro en la empresa de transporte brasilera Pluma, en el autobús 7825, boleto 93034. Adur y Viñas viajaban en sendos asientos número 11.
Cuentan que ambos fueron llevados al Centro Clandestino de Detención conocido como La Polaca, un campo de unas 40 hectáreas, ubicado a la vera del río Uruguay y a pocos kilómetros de la ciudad correntina de Paso de los Libres.
El predio La Polaca fue utilizado cuando comenzaron a producirse los secuestros de militantes de la organización Montoneros que regresaban al país en el marco de los que se llamó la "contraofensiva".
Por estar muy cerca de la frontera, La Polaca era un lugar discreto para los traslados de detenidos desde Brasil. De lo contrario había que cruzar toda la ciudad hasta llegar a la zona donde estaban los distintos regimientos.
Actualmente, el Juzgado de Paso de Los Libres tiene en su poder causas que investigan secuestros sistematizados, torturas y muerte en ese predio.
Silvia Tolchinsky, secuestrada y durante su cautiverio en una serie de quintas situadas en las inmediaciones de Campo de Mayo vio a Lorenzo Viñas y pudo escuchar los gritos bajo tortura de quien supone era el cura Adur.
En aquella época, Paso de los Libres contaba con Aeronáutica; el Batallón y el Regimiento de Infantería del Ejército; Gendarmería; Prefectura; Policía Federal; Policía de la Provincia y el Destacamento 123 de Inteligencia. Cada uno de ellos con sus respectivos grupos de inteligencia.