El paranaense Damián Steinert vive un buen momento en Newell’s de Rosario y mesuradamente lo disfruta. El ex Sportivo Urquiza de Paraná, con el correr de los partidos va logrando consolidarse en la primera de la Lepra y ahora con la conducción de Ricardo Caruso Lombardi buscará que esa seguidilla de partidos se extienda por muchos más y de una buena vez por todas lograr la continuidad que anhela desde que debutó de la mano del Tolo Gallego en febrero de 2004. Es que a partir de allí, el Cachafaz, como lo apodó un reconocido relator, fue perseguido por innumerables lesiones, las cuales quiere desterrar y comenzar a pagar con creces la confianza que le han dado en la entidad rosarina.
Ya la embocó, se descargó y ahora quiere romper su propio récord: jugar más de cuatro partidos seguidos como titular. Cuando a Damián Steinert le preguntan por qué todavía no explotó en Primera, la respuesta es siempre la misma: “Porque nunca tuve continuidad”. Debutó con Américo Gallego (el 29 de febrero de 20004, 2-3 con River), ya lleva 62 encuentros en el lomo pero nunca se consolidó. El Cachafaz, de 21 años, tuvo un amplio repertorio de lesiones, pero hoy es titular y no piensa salir sin pelearla.
“¿Qué me falta para explotar? Seguir jugando, tenerme más confianza. Arranqué jugando las primeras fechas, arriesgué de más en la cuarta y tuve una ruptura fibrilar. Volví en el clásico, pero ahora estoy bien”, dice el paranaense. Y no gambetea su responsabilidad porque no estaba a pleno: “Uno siempre quiere estar, dónde sea y cuándo sea. Me tocó en el que toda la gente esperaba. La gente, el DT y mis compañeros esperaban mucho de mí. No se me dio”.
La gente lo insultó y, ante Independiente, él festejó con el gesto de silencio. “El día del clásico salí muy mal, estuve dos días llorando. Pero el festejo pasó por el momento en la cancha, nada más. Salió así y listo”, le dijo a Olé.