El AEC hizo que Rocamora no encuentre tiros cómodos y sumado a la buena atención en el bloqueo defensivo comenzó bien arriba el juego cambiando esas opciones por canastas que le permitieron generar un parcial de 10 a 2, en casi cuatro minutos. Asimismo, en este lapso consiguió comprometer a John Thomas con las faltas personales (2), con todo lo que el foráneo significa para su equipo.

Mauro Negri imprimió su peso en la pintura y con sus tantos los de la capital entrerriana siguieron marcando tendencia (14-5). Junto a él, David Oviedo también fue otro de los puntos altos. El elenco de Martín Amden intentó romper la zona que propuso Echagüe con lanzamientos de tres y aquí la ineficacia le jugó una mala pasada (0/5). No obstante, custodiando mejor su aro y corriendo, los locales dejaron de depender del goleo de su extranjero y lograron achicar la brecha (16-12).

Un triple de Díaz y un buen robo de Iván Basualdo, sobre el cierre del primer cuarto, bastaron para darle respiro a la visita, no tirar por la borda lo hecho en gran parte del período e irse al mini descanso por una interesante diferencia (21-13), señala El Diario.

Rocamora empezó mejor los segundos 10 minutos pero no supo beneficiarse con los obstáculos que Echagüe expresó a la hora de anotar. Otra mala para el AEC pasó por la cuarta falta sancionada a Spillers, la cual lo mandó un rato al banco de suplentes. A cuenta gotas el dueño de casa mejoró su puntería y con un par de apariciones de Diego Brezzo, en el poste bajo, quedó a tiro, por la mínima (23-22). Una vez más, Basualdo trajo aire y con un dos y uno calmó un poco las aguas.

La labor del interno fue importante para contrarrestar la ausencia de Negri, quien estuvo más controlado que en el primer chico (7 tantos) por Brezzo, la figura local. Lo bueno es que el AEC siempre se mantuvo al frente y cada vez que Rocamora amago con complicarlo siempre tuvo una respuesta positiva (33-25) y una fiel imagen de esto fue el triple de Lucas Calleja, tras asistencia de Oviedo, con el que los de Paraná se retiraron al descanso largo.

Un bombazo de Díaz fue el mejor inicio para un Echagüe que en dos minutos, con un parcial de 7 a 0, sacó 15 (46-31). Al AEC se lo vio decidido a querer quebrar el encuentro y por momentos jugó con la desesperación que su rival expresó con lanzamientos apresurados.

Las ausencias de Rotschy y Spillers (luego siguió jugando) no se sintieron. Es que el elenco de De Cecco disputó un gran tercer cuarto, recuperando bolas, corriendo, cerrándole los circuitos defensivos a su adversario y castigando en los momentos justos desde afuera. Así fue que consiguió una distancia de 21 (60-39), en la mejor parte de su noche.

Nada varió en los 10 minutos finales, o mejor dicho, el cuarto fue parejo, al comienzo. Ya con eso a Echagüe le alcanzaba y le sobraba para sonreír, una vez más, en reducto ajeno.

Pero lejos de conformarse siguió metido, manejando las acciones a su antojo, hasta sellar una máxima de 24 que lo dice todo (82-58) y lo invita a soñar con encontrar la regularidad que en la primera fase no supo tener, pero sabe que puede adquirir.