Una banda con conexiones en Entre Ríos dejó ayer en libertad a un hombre de 35 años, quien es uno de los dueños de un corralón de venta de materiales, luego de permanecer cuatro días secuestrado. El individuo fue raptado por los marginales en la localidad bonaerense de San Martín y dejado libre tras el pago de 55 mil pesos de rescate, en la zona de Zárate.
Voceros de seguridad narraron que el hecho comenzó a las 10:30 del 1 del corriente mes, cuando la víctima, cuya identidad se mantiene en reserva, se desplazaba a bordo de una camioneta por la ruta 8, oportunidad en la cual fue interceptada por cuatro individuos armados, quienes circulaban en un Peugeot 306, en el ámbito de la Dirección Departamental de Investigaciones de San Martín, provincia de Buenos Aires.
Los temibles delincuentes privaron a la víctima de su libertad luego de amenazarla de muerte y, de inmediato, se la llevaron cautiva por la fuerza. Momentos más tarde los acusados, quienes obraron con enorme profesionalismo, se comunicaron telefónicamente con los familiares del rehén y entonces reclamaron, en un comienzo, el pago de 200 mil pesos en concepto de rescate para no matar al empresario, de 35 años.
En contactos posteriores con los parientes del comerciante, los sujetos bajaron sus pretensiones a 120 mil pesos, hasta que finalmente el grupo de raptores aceptó cobrar 55 mil pesos para liberar al secuestrado, quien es uno de los propietarios de un corralón de venta de materiales, ubicado en la zona oeste del Gran Buenos Aires. El pago de los billetes fue concretado en la vía pública, en la calle Juana Gorriti de William Morris, en el partido de Hurlingham.
La odisea de la víctima terminó el 4 de julio cuando los malvivientes, con el dinero en su poder, decidieron liberarlo, en inmediaciones del Puente Zárate - Brazo Largo, al norte del conurbano, razón por la cual se estima que los sujetos tendrían diversas conexiones en la provincia de Entre Ríos.
Los familiares del comerciante expresaron que no pensaban formular ninguna clase de denuncia, ya que sospechaban que los responsables del rapto gozaron de “cobertura” de miembros de alguna fuerza de seguridad para llevar a cabo el ilícito a plena luz del día.
El dramático caso se suma a otros secuestros con fines extorsivos consumados en las últimas semanas en esa área.