Sebastián Vega vive un gran momento en Boca Juniors, el campeón vigente de la Liga Nacional de Básquet.
El gualeguaychuense Sebastián Vega disfruta de su gran presente en Boca Juniors, donde fue campeón la última temporada y pieza clave para el título liguero (7.9 puntos, 5.0 rebotes, 2.1 asistencias y 1.5 robos en 53 partidos). Además, renovó por un año más con la premisa de seguir peleando cosas importantes.
Sin embargo, para atesorar este presente deportivo y de vida tuvo que lidiar con una lucha interna y solitaria, que lo tuvo a maltraer y repercutió en su rendimiento laboral, porque durante años debió reprimir sus sentimientos y no mostrarse como es, por temor a no ser aceptado por su orientación sexual, en un universo del deporte masculino, donde, hasta los tiempos que corren, la sexualidad continúa como un tema tabú y exclusivo en muchos casos.
Pero Seba tuvo la valentía y le tocó ser el referente para romper con los estereotipos y prejuicios en el deporte. Con una emotiva carta, publicada en marzo de 2020, hizo pública su homosexualidad y se sacó de encima una mochila pesada. El blanqueo alivió su carga, aunque el temor y el miedo continuaron por un tiempo, por las posibles puertas que creía que se le podían cerrar en el básquet.
Sin embargo, -y como tiene que ser- la recepción fue natural y positiva, al recibir un apoyo unánime de la comunidad, compañeros de equipo y súper figuras de su deporte tales como Manu Ginóbili, Facundo Campazzo y Gabriel Deck.
“Jugar en Boca es muy lindo. Es uno de los clubes más grandes de Argentina y del mundo y la gente lo reconoce. Cuando estás en Boca tomas dimensión de lo que realmente significa jugar en ese club. Disfruto mucho el día a día. Nos atienden de maravilla. Tenemos un gran cuerpo técnico y cuerpo médico. Estoy muy feliz de haber salido campeón nuevamente, del rol que tuve en el equipo y de lo que me tocó vivir.
Más adelante fue consultado sobre su formación en Central Entrerriano de Gualeguaychú: “Es una gran parte de mi vida, fueron años muy lindos y prácticamente hice todo mi desarrollo en inferiores allí. Así que les estoy muy agradecido y sin dudas me siento parte del club. Cuando estoy en la ciudad siempre voy a entrenar allá. Además, sigo vinculado con el básquet y me gusta ir al club, ver la presentación de Mari Marí y estar en el playón, es una de mis preferencias y las disfruto muchísimo”.
—¿Qué te acordás de tu debut en la Liga Nacional con Central?
—Tenía 16 años. Fue contra Argentino de Junín con Fabio Demti como entrenador. Me temblaba todo, fue muy loco. Sentía que iba a ser una catástrofe y que me iba a salir todo mal. Recuerdo que se me acercó uno de los referentes de ese momento y me dijo, ‘quedate tranquilo que el partido está perdido’. Íbamos perdiendo por 40 (risas), ‘jugá, disfrutá y soltate’, me agregó. Ahí me relajé y pude jugar.
Después de Central, recalaste en clubes grandes del país y ganaste tres ligas
Después pasó por varias instituciones, pero estaba en Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia cuando decidió hacer pública su sexualidad: “Fue un momento difícil. Me sentía muy triste y tenía mucho miedo, porque pensaba en de todas las cosas malas que podían llegar a pasar. Pero tomé coraje a pesar del temor que me invadía y decidí hacerlo, porque realmente me sentía muy mal y ya no tenía la sensación o la tristeza de que si me tenía que retirar por ser feliz y estar bien conmigo mismo, lo iba a ser”, le dijo a Ahora El Día. Y agregó: “Porque no había pasado de que haya alguien antes, me tocó ser el primero y por eso tenía mucho miedo. Pero después al ver la buena recepción de la gente y de cómo me abrazó en ese momento, me hizo sentir muy tranquilo y creo que también ayudó a darme cuenta de la clase de persona que soy, más allá de la orientación sexual que uno tiene. Lo importante es estar tranquilo y orgulloso de un mismo.
—La recepción fue positiva y natural como debe ser.
—Sí, apenas subí la publicación, explotó mi teléfono con mensajes lindos en WhatsApp e Instagram y fue algo hermoso. Aunque me costó también naturalizarlo durante un tiempo, porque todavía la homosexualidad en el deporte es noticia, cuando debería ser totalmente natural y no debería llamar la atención. Pero que aún sea noticia implica que falta mucho camino por recorrer y que hay visibilizar estos temas.
—¿Repercutió tu rendimiento en el deporte cuando todavía reprimías lo que sentías?
—Muchísimo, todo el tiempo. Tenía muchos altibajos a nivel deportivo y ponía mucha energía en que no me vean con mi expareja o en mostrarme con mujeres para que no sepan que era gay y fingir ser una persona que no era. Eso me llevó a lesionarme, pero no lesiones musculares, sino operaciones de hombro, talón y dos de rodillas. Fue un momento donde dije sino hablo, mi cuerpo va a explotar.
—Ahora que podés mostrarte como sos ¿Disfrutas más tu trabajo?
—Sin dudas, cuando estaba en pleno proceso, era muy difícil sentir que podía ser basquetbolista profesional y gay, pensaba que no eran compatibles. Pero cuando lo hice público todo empezó a tener sentido y pude disfrutar de situaciones que creía impensadas, como que mi pareja vaya a la cancha y me pueda acompañar a los partidos. Sacarnos una foto cuando salimos campeones con la copa, lo disfruté muchísimo, porque durante mucho tiempo estuve enojado con el básquet, porque no podía ser yo realmente, pero en realidad con el que estaba enojado era conmigo mismo. El básquet no tenía nada que ver. Entonces hoy, con las cosas resueltas, disfrutó muchísimo el básquet, porque es lo que amo y me apasiona desde chico. Me siento mucho más aliviado y con menos carga.