Concierto somnoliento
La última actuación de la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos convocó nuevamente a muchísimos de los seguidores habituales del maestro Reynaldo Zemba y a un público numeroso que, pese a ser más o menos lego en esta materia, gozó con la soberbia interpretación que los músicos hicieron del repertorio seleccionado por su director. Con natural solvencia, la orquesta atrapó durante casi una hora a todos los asistentes que el domingo se hicieron presentes en el Teatro 3 de Febrero, incluido al diputado provincial Eduardo Solari (UCR-Paraná), que acompañó algunas melodías haciendo tamborilear sus dedos sobre el apoya brazo de su butaca y marcando imperceptiblemente los tiempos de los compases con la suela de sus zapatos. Solari parecía disfrutar especialmente de la función, después de haber participado del largo y por momentos anodino congreso radical celebrado el último sábado en Diamante. Más relajado, y sin la necesidad de tener que apelar a toda su gestualidad para señalar los errores de la actual administración provincial, el diputado abonó los cincos pesos de la entrada, apagó su celular, se acomodó en su silla y cerró los ojos un instante para concentrarse mejor en la música.
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Internas
Aunque los organizadores y sus detractores no se ponen de acuerdo sobre el número de asistentes, lo cierto es que la reunión que llevó a cabo el precandidato a diputado nacional Hernán Orduna en Gualeguaychú el sábado, sirvió para que en el Partido Justicialista se siga discutiendo sobre la conveniencia de la reciente visita del secretario General de la Presidencia, Carlos Kunkel. Lejos de compartir la opinión del oficialismo, para quienes Kunkel no debió pisar Entre Ríos en vísperas de una interna partidaria, en el encuentro de Gualeguaychú se lo reivindicó efusivamente y se tomó ese hecho como un verdadero triunfo. “Acá hay muchos peronistas a los que les duele ver a otros compañeros que nunca claudicaron ni cambiaron de rumbo conforme soplaran los vientos”, dijo uno de los asistentes, en clara alusión a los integrantes de la lista oficial que descalificaron ese gesto político.
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Escrache
El presidente del Sistema de Crédito de Entre Ríos (Sidecreer) y ahora también precandidato a diputado nacional, como integrante de la lista oficial del Partido Justicialista (PJ), Nelio Calza, fue objeto de un escrache en su ciudad natal, Concordia. Al ingresar a una heladería céntrica de aquella ciudad, Calza fue recibido con profusos epítetos que -aunque respetuosos- hacían alusión a su carrera política y a su decisión de saltar como dirigente de la Alianza hace cinco años a actual funcionario de Jorge Busti. Un militante peronista que en la última interna partidaria fue candidato a senador provincial de Marcelo Casaretto, le recordó a viva voz ese pasado: “¿Cómo pretendés ser candidato peronista si fuiste funcionario de (Sergio) Montiel y no conoces un pobre ni de cerca?”, le reprochó ante el asombro de los presentes.
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Más perlitas para el collar
Como si fueran pocos los desaciertos surgidos de la gestión de la ministro de Salud y Acción Social Graciela Degani y sus consiguientes desventuras sólo amortiguadas por el inexplicable amparo protector que proviene del principal despacho de la Casa Gris, fuentes inobjetables confirmaron que se encuentra en plena sustanciación un sumario referido a presuntas irregularidades cometidas por un prestador de servicios al Instituto de Obra Social de la Provincia de Entre Ríos (IOSPER). Se trata de Uniter, un centro dedicado al tratamiento de patologías oncológicas, algunos de cuyos accionistas-propietarios desempeñan cargos en el área de atención de ese tipo de pacientes en el Hospital San Martín y que acostumbran a derivarlos a su propia empresa cuando -explican- la bomba de cobalto del nosocomio público padece de impedimentos técnicos. Al parecer, este instituto habría cometido graves fallas de procedimiento en cierto tipo de terapias, con severas consecuencias que llevaron al IOSPER a la aplicación de una fuerte multa, llegando incluso a la separación del plantel de prestadores. Según la especie, los responsables de este centro -entre los cuales se halla el propio director del hospital, Miguel Schnitman, habrían apelado la sanción y el monto correspondiente, por lo cual la multa se encuentra impaga, amén de que mediante alguna forma se estaría continuando con los servicios a afiliados de la principal obra social de Entre Ríos no obstante el retiro mencionado.
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El fantasma de Cafrune
El siempre recordado vate popular Jorge Cafrune -fallecido trágicamente durante una cabalgata que realizaba en homenaje a San Martín-, solía abrir sus recitales diciéndole al público “pidan lo que quieran, changos, total voy a cantar lo que se me antoje”, provocando deliberadamente gran hilaridad entre el auditorio. Parece que en determinadas reparticiones oficiales, el espíritu del inefable jujeño suele ser un buen manual de enseñanzas. Ello se desprende del área del municipio paranaense encargado de controlar la ocupación indebida de los espacios públicos. Oportunamente en esta columna se denunció que en calle Córdoba -entre Avenida Rivadavia y Garay- una empresa privada decidió unilateralmente cubrir el espacio verde existente entre vereda y cordón con un piso de hormigón destinado a estacionar en exclusividad sus propios vehículos (y a menudo situándolos en la propia vereda casi hasta tocar la pared, complicando así el libre tránsito de peatones). Pero allí no termina la cuestión, porque en el frente se colocó un prolijo letrero donde se asumen supuestos derechos a esa exclusividad y hasta se advierte amenazadoramente que cualquier rodado ajeno a la firma deberá vérselas con la grúa a la que se apelará para su retiro.
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Afiches dudosos
Aprovechando un nuevo aniversario de la muerte de Carlos Gardel, acaecida el 24 junio de 1935, al alguien se le ocurrió la idea de dudoso gusto de promocionar la reforma de la Constitución Provincial apelando a su popular figura. Este fin de semana Paraná apareció empapelada con afiches blancos y negros con la silueta del Negro del Abasto junto a una leyenda en cuyo acápite se leía: “1890-1935-2005. Auténtico y diferente”. En el centro del cartel, la frase “Cada día canta mejor” introducía sin resolución de continuidad a un silogismo tan absurdo como antipático: “Si Gardel viviera diría sí al reforma de la Constitución de Entre Ríos”.
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Sorpresas en la UCR
Con enorme desagrado, algunos dirigentes de la Unión Cívica Radical (UCR) de Entre Ríos comprobaron en los últimos días que sus nombres aparecen en los listados de afiliados de otros partidos políticos al mismo tiempo que figuran en los padrones del radicalismo. El tema fue comentado por algunos de los afectados en el último Congreso Provincial que se llevó a cabo el sábado en Diamante. El cónclave sirvió no sólo para elaborar un duro documento contra la actual política del gobierno, sino para denunciar que el Ministerio del Interior de la Nación hace más de un año que no le remite al partido los fondos que por ley les corresponden por el número de sus afiliados.
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El desplazamiento
La actual directora de Asistencia Social de la provincia. Cristina Salas, fue desalojada intempestivamente de su oficina, incluyendo la violación de la puerta de su despacho donde, entre otras cosas, guardaba documentación de valor como la relacionada a los bonos del Plan Alimentario Familiar. Esta es la segunda vez que tiene un episodio de estas características. Antes ya le había sucedido en diciembre de 2004, cuando la ministro de Salud y Acción Social, Graciela Degani, le retiró los bonos para entregarlos ella, personalmente, en los municipios entrerrianos. La situación incluyó la intervención de un cerrajero que pagó el Ministerio. Salas se encontraba en Victoria en ese momento, cumpliendo actividades oficiales relacionadas con el Plan Familias que tiene a su cargo, lo que originó que regresara inmediatamente. Al llegar constató que no le habían dejado ni el cesto de basura.
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Secuelas del embargo
Cuando el temperamental intendente de San Benito Ángel Vásquez (PJ) recibió la noticia de que la única cuenta bancaria del municipio acababa de ser embargada por una escribanía a la que se le adeuda una suma cercana a los 190.000 pesos, pegó un salto en su sillón y tiró un puñetazo en la tapa de su escritorio que se escuchó en todo el edificio. “Esto es culpa de Acosta”, gritó casi desgañitándose la garganta frente a un par trémulos colaboradores. El intendente, acusó de esa forma a su antecesor, Dionisio Acosta (PJ), a quien suele culpar de cuanto problema surge en su distrito. Aunque casi todos los vecinos comparten la opinión de Vásquez, respecto a que el ex intendente “no dejó macana por hacer”, como la de arraigar a algunos personajes de comportamiento antisocial, a quienes les adjudicó viviendas presumiblemente a cambio de que lo votaran, lo cierto es que la actual administración tampoco las tiene todas consigo.
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