Silvio Méndez
Atendiendo a la necesidad y el pedido de posibilitar el acceso a la educación superior a sus habitantes, la administración de algunas localidades entrerrianas ha dispuesto rentar viviendas en la capital provincial. Se trata de espacios de albergue para quienes han decidido estudiar en unidades académicas situadas en Paraná, y que sin algún apoyo es imposible que puedan hacerlo. El funcionamiento de algunas casas data de varios años, mientras que otras han abierto recientemente. Con distintas modalidades de organización y financiamiento, Villa Elisa, Santa Elena, General Ramírez, Seguí, Chajarí y Colón tienen su “embajada” en la ciudad. Por otro lado, Gualeguaychú posee dos viviendas en La Plata para el mismo empleo, mientras que el municipio local, llamativamente, no brinda este tipo ayuda para quienes pretenden cursar su carrera en otros puntos del país.
Existe un fenómeno que combina varias causas y que hace que muchos jóvenes se vean privados del derecho a la educación. Numerosas familias del interior de la provincia que no pueden afrontar los gastos para que sus hijos continúen estudios en el nivel superior, la concentración de las unidades académicas en los centros más poblados, el déficit en el transporte público y la falta de becas de asistencia económica adecuadas son parte de ese contexto. Para un número importante de la población que vive en localidades lejanas de las urbes, poder sostener una carrera universitaria o terciaria fuera de su lugar de origen se presenta como algo tan básico como inaccesible. Ante esta situación incontrastable, y muchas veces por un pedido de los interesados, algunos municipios entrerrianos han resuelto alquilar viviendas en Paraná para sus vecinos que cursen distinto tipo de carreras.
Se trata de casas que albergan a grupos de oriundos de las localidades que no tienen el dinero suficiente para costearse los estudios en la capital provincial, y que luego de acreditar un rendimiento de aprendizaje, acceden a vivir en estas residencias. Algunos de estos espacios datan de muchos años, como la casa de Santa Elena, que siendo propiedad de esta ciudad, desde 1987 ampara santaelenenses en calle 9 de Julio casi esquina 25 de Mayo. Como las más antiguas y numerosas también están las de Villa Elisa, que renta tres propiedades, inaugurando este sistema en 1992; la de Seguí es aproximadamente del año 2000, y las más recientes son las Chajarí, General Ramírez y Colón, que cuentan con su “embajada” desde 2005. Por otro lado, Colón también tiene también un hogar en la ciudad de Santa Fe y Gualeguaychú cuenta con dos moradas en La Plata.
Paradójicamente, a pesar de que la ciudad de Paraná posee un importante número del estudiantado universitario que cursa en Buenos Aires, Rosario y Córdoba trayectos profesionales que no se dictan en la provincia, no posee este tipo de asistencia.
Las casas
Si bien el funcionamiento básico de las residencias juveniles es casi el mismo, las formas de administración de cada una varían según sus propias reglas. En todos los casos, igualmente, los estudiantes que las habitan sólo podrían serlo en Paraná merced a que los municipios de los cuales son oriundos costean en todo o buena parte el alquiler de las viviendas comunitarias.
En el caso de Villa Elisa, cuenta con tres moradas que, en total, suman a 40 oriundos de esta localidad. Son casas mixtas que cuentan con nueve integrantes en la de calle Alem, 13 en calle 9 de Julio y 18 en la primigenia, sobre calle Irigoyen. La Municipalidad es la que sale como garante de los lugares que se rentan, firma el contrato de alquiler y se encarga de abonar el total del monto por este concepto. El acuerdo con los residentes de las casas es que la comuna se hace cargo del 50 por ciento de este costo, mientras que el resto se divide por la cantidad total de los que ocupan las tres casas en Paraná y se les cobra como un impuesto más a los padres de los estudiantes. El vínculo se establece por la firma de acuerdos individuales, donde se abona una cuota final de 30 pesos por morador. Los servicios de cada hogar se abonan por cada edificio por separado, fraccionando el total por cantidad de habitantes.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
