Hugo Remedi
El gobernador Sergio Urribarri se molestó y algunos referentes bustistas también. Desde ambos lados coincidieron en que el lanzamiento de candidaturas es un despropósito a esta altura de los acontecimientos. El destinatario de las críticas –unas referidas con discreción y otras tomando estado público- fue el actual ministro de Salud y Acción Social de la provincia, Ángel Giano, quien horas atrás hizo pública su intención de ser candidato a intendente de Concordia.
Podrá decirse que el funcionario no eligió el momento ideal o el más oportuno para dar rienda libre a sus ambiciones políticas, lo que no pueden hacer los que se suben al carro del puritanismo es despellejar a quienes se atreven a hablar de candidaturas, so pena de enchastrarse de hipocresía.
El ministro tiene toda la responsabilidad que le compete en el paso que dio, es cierto, y por eso tiene que responderle a su jefe el gobernador, pero también -vale decirlo-, lo único que hizo por estas horas es nada más que blanquear una situación manifiesta que se supone inalterable desde que perdió por lejos la interna pasada cuando ya quiso ser candidato a intendente por el justicialismo.
Nada nuevo a la vista.
¿A qué se revelan los detractores entonces? ¿Se critica al funcionario o al político? En verdad, el derroche de impunidad no tiene límites. Quien no tenga culpas que tire la primera piedra.
No luce feliz perderse en este tipo de aventuras cuando precisamente son los principales referentes del partido en el gobierno quienes están revoleando candidaturas hasta el éxtasis en cada tribuna pública que aparezca a tono. Ya están lanzados desde oficialismo y oposición candidatos a Presidente, a diputados nacionales, a gobernadores y hasta a cardenales, mientras que en contraste se apunta con desmedido énfasis a la cabeza de las segundas líneas.
Parecería más prudente que las suspicacias de las internas afloren de mejor modo y en todo caso en relación con la calidad de gestión que lleva adelante en este caso el ministro de un área tan sensible como Salud y Acción Social y no por sus pataleos mediáticos, por desatinados que sean.
Verdades inmortales
Era quien esto suscribe afecto a mantener atentos los oídos en épocas de chico o adolescente durante las tertulias que llevaban adelante los peronistas de entonces, hombres con canas, proscriptos y apasionados que reducían sus temas a hablar de fútbol, mujeres y de política (casi como ahora). Hombres que hablaban en los 70 pero que venían de haber vivido los 50.
Recuerdo entonces frases inscriptas en piedra surgiendo de cada polémica que nacía y moría con vehemencia. De tal fárrago escuché y conservé aquella que rezaba de este modo: “Quien es ministro de Bienestar Social de un gobierno (o cargo similar en la modernidad) es natural candidato a ocupar cualquier cargo, sea de gobernador para abajo, si hace una buena gestión y en cambio tiene que volverse a su casa si es mala, no tiene término medio”.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)