Claudia Martínez
¿Quién espera estoica, en el rincón de un cuarto soleado, con una sonrisa, a mitad de la siesta paranaense? Solamente ella.
Stella Berduc larga un “todo está bien, excepto Cristina”, cuando se le pregunta sobre su estado de ánimo. Pero aun así, no abandona su sonrisa.
Sentada en un rincón de la casa de su hija Marie Constance, dice que todo le va bien. “Cristina no me gusta, busca cualquier motivo y eso no es”, define.
Arrancó con un “estoy por escribir Volvé Perón, te perdono”. Y la cronista no puede contener la carcajada. “Fui siempre muy antiperonista”, se ufana. “Es todo una vida de virtud. En un momento que estuve muy metida con el peronismo fue en el Cordobazo. Estuve unida al capo de la izquierda peronista y quería ser el peronismo de la revolución, pero Perón no quiso. El viejo era milico. El peronismo de izquierda es una treta metafísica”.
–De aquella mujer que entrevisté hace mucho, osada, que tuvo más de cien amantes...
–No… más de uno y menos de 100.
–Bueno, ¿qué quedó de esa mujer?
–Sigo recordando con mucho afecto a los amores que tuve. Yo los tengo en la momentoteca, la biblioteca de momentos, y a veces los saco a relucir. Ahora no tengo novio, porque ¿qué te puedo decir? Tenía uno que era muy lindo pero no sabía quién era Frida Kahlo, entonces lo dejé. Si encontrara a alguien sería un amor menos sexual y más sensual.
(más información en la edición gráfica de ANALISIS del jueves 27 de noviembre de 2014)