Daniel Enz
El ex gobernador Sergio Urribarri está más preocupado que el año pasado. Nota que su consenso es cada vez menor en la opinión pública, se muestra poco y nada y hace solamente declaraciones a “periodistas amigos” o bien a medios que puede controlar con la pauta que nunca nadie conoce de la Cámara de Diputados de la provincia, donde los gastos son millonarios. Está claro que en ninguno de esos medios habrá alguna pregunta que lo incomode.
Gustavo Bordet lo va midiendo y, lentamente, tratando de marcar cada día más distancia de su figura para que no lo arrastre. El ex intendente concordiense sigue siendo el referente político de mejor imagen en la provincia, según las últimas encuestas y es consciente que Urribarri es totalmente lo contrario; que su caída sigue siendo estrepitosa. Por eso, incluso, no se muestran en fotos (la última fue aquella reunión de intendentes en Colón, donde Urribarri cayó sin avisar, tras viajar desde Punta del Este donde estaba de vacaciones hacía más de un mes) y una actitud similar siguió hace algunas semanas el vicegobernador Adán Bahl. Al parecer, Urribarri le pidió una reunión y estuvo en su despacho cerca de dos horas. Cuando se estaba por ir, le dijo a Bahl de sacarse unas fotos juntos para subir a las redes sociales y el vicegobernador se negó. La situación provocó el obvio malestar del ex mandatario. “Me hubieras dicho que tu objetivo era venir a sacarte un par de fotos y no hablar en profundidad de la realidad provincial”, dicen que le indicó Bahl. La buena relación entre Bordet y Bahl lo descolocó a Urribari, ya que venían instrumentando una especie de trabajo fino, que consistía en alentar al vicegobernador a que se presente él como candidato en el 2019 y de esa manera no propiciar la reelección del gobernador. Bahl está en su mejor momento con Bordet y decidido a ser el próximo intendente de Paraná.
(Más información en la edición gráfica número 1074 de la revista ANALISIS del jueves 15 de marzo de 2018)
