El inicio del cotejo lo tuvo al local con un esquema ofensivo, que al momento de atacar presentaba cuatro hombres claros en ataque. A los delanteros Federico Astudillo y Diego Leclerq, se les sumaban los volantes Nicolás Bassoletti y Gaspar Páez. De todas formas, era impreciso para manejar la pelota y no llegaba a inquietar la última línea Decana.

Las acciones eran parejas y ninguno de los equipos podía vulnerar las defensas rivales. El conjunto de la capital entrerriana elegía las bandas para iniciar sus ataques; mientras que el experimentado Leclerq, quien se movía por todo el frente de ataque y retrocedía unos metros para contactarse más con la pelota, era el hombre más peligroso del Pañero. Con el correr de los minutos, el Gato juntó sus líneas quedando bien parado en defensa, pero dejando aislados a sus delanteros Fernando Benítez y Martín Muñoz, quienes ganaban y perdían en sus duelos con los zagueros locales.

A partir de la media hora, el cuadro de barrio San Martín definitivamente se replegó en su campo y le cedió el balón a su adversario, apostando a los contragolpes como principal recurso ofensivo. Si bien estuvo ordenado en defensa y presentó un mediocampo batallador, Atlético Paraná se mostró muy poco ambicioso a la hora de buscar el partido, pareciendo que el punto lo conformaba. En tanto que los dirigidos por Gustavo Echaniz buscaban continuamente el arco opuesto, pero sin la claridad y profundidad necesaria para poder doblegar a una fuerte línea defensiva Rojiblanca.

Tras el descanso de entretiempo, la actitud de los equipos continuó siendo similar. La visita esperando bien parado con dos líneas de cuatro y el dueño de casa buscando el desequilibrio, aunque muchas veces equivocaba los caminos. Lo que varió en el elenco orientado por Edgardo Cervilla fue que los volantes se soltaban un poco más para acompañar a los atacantes cada vez que la pelota estaba en el campo rival.

A los diez minutos, el Potro Echaniz mandó a la cancha al enlace Dalmiro Gaeto, buscando obtener mayor claridad en su juego, aunque éste era bien contenido por Pablo Lencioni y Pablo Vercellino. En la segunda modificación del Pañero, el DT sacó a Leclerq, quien si bien ya mostraba claras muestras de cansancio físico continuaba siendo el delantero más punzante. Por el otro lado, el entrenador del Decano envió al campo de juego al goleador del equipo, Lisandro Alzugaray, pero el vialense no pudo marcar la diferencia, da cuenta El Diario.

Desde los 20 minutos el partido cayó en una meseta. A pesar de las ganas, La Emilia no encontraba la llave para poder abrir la férrea defensa foránea, que casi no mostró fisuras. Mientras que el conjunto entrerriano demostró poco interés a la hora de buscar los tres puntos. El cronómetro corría y las acciones continuaron de la misma manera: los bonaerenses yendo sin ideas al ataque y chocando constantemente con la firme muralla del elenco de barrio San Martín.