Charles Parker (enviado especial)
I. Recrudece la disputa por la presencia de Néstor en Ciudad Paisaje
Aunque Cristina nunca quiso venir a la ciudad cuando estaba en campaña, se supone que por la mugre y el mal olor de sus habitantes, se sabe que Néstor tiene un gran afecto por la capital entrerriana, y que se emociona cada vez que aparece el mate gigante en el horizonte. Hay quienes dicen que por ese motivo, y por la lealtad probada del gobernador Burribarri, uno de los flamantes 23 vicepresidentes del PJ Nacional, Néstor decidió hacer el acto por el Día de la Lealtad en Ciudad Paisaje. A menos de un día de su llegada, sin embargo, su visita sigue generando controversias y disputas de poder al interior del justicialismo provincial. Por un lado, desde la Comuna quieren aprovechar la presencia de Néstor para anunciar la construcción de una nueva planta potabilizadora de grasa en Ciudad Paisaje, proyecto al que se opone la conducción provincial del PJ. Por otro lado, los organizadores quieren evitar la persecución que prepara Santiago Gaitán, quien contrató a 45 fotógrafos para conseguir una buena imagen suya con el ex presidente, a fin de usar alguna foto menos pelotuda en sus próximos afiches de campaña, algo que considera fundamental para su carrera política, que no genera mucha adhesión entre los analfabetos. Como si eso fuera poco, se rumorea que Néstor quiere subir como orador del acto a Julio Rodríguez Singles, un viejo compañero suyo de las juventudes camaleónicas, y que el Gobierno todavía no logró convencer a Serafín Zubiri para que reemplace en el acto a Evangelina Rebossio, la ex artista no vidente preferida de Marcelo Tinelli, ya que la joven piensa participar del acto paralelo en Concordia. No llores por mí Entre Ríos.
II. La interna de la UCR: un hecho sobre el que no hemos reflexionado lo suficiente como ciudadanos
Aunque no se puede decir que este asunto “es de público conocimiento” sin quedar como un cínico, se sabe que por estos días se define la conducción provincial de la Unión Cívica Radical, un hecho que podría calificarse, en el mejor de los casos, como algo paranormal. En serio: hay noticias con tipos que hablan de las cosas que pide “la gente” a la conducción del partido, y también de la necesidad de reparar el vínculo con una misteriosa “militancia” radical. Uno puede pensar que se trata de una fina ironía, pero no es así. Si consideramos que muchas personas tienen familiares fallecidos a los que quisieran ver resucitados, aún al estilo vegetal, como sucede con este partido; si consideramos por otro lado que muchas personas tienen seres queridos en un profundo estado de coma, como este partido, y que quisieran verlos descansar en paz; si consideramos estos asuntos, decíamos, vemos que la aparición de noticias acerca de la sobrevida de la UCR encarna dilemas éticos trascendentales para la sociedad en su conjunto. ¿Deberíamos desconectar ya mismo los cables y aparatos que mantienen con vida a la Unión Cívica Radical? ¿Le corresponde a la UCR el derecho a una muerte digna? ¿Existe alguna posibilidad de que la ciencia, en un futuro, pueda devolver un mínimo de vigor a entidades comatosas y desprovistas de sensibilidad como la Unión Cívica Radical? Es un debate apasionante y, en serio, la gente se muere por participar.
(El texto se completo se publica en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
