Gabriel Chausovsky es porteño, pero vivió en Corrientes varios años y con el retorno de la democracia terminó desembarcando en Paraná. Crítico, estudioso, profundo en cada argumentación judicial, se desempeña como camarista federal en la capital entrerriana desde 1984. En un extenso reportaje, el magistrado recordó su paso universitario, a sus ex compañeros secuestrados y desaparecidos en Buenos Aires y lo complejo que fue la investigación judicial de hechos de la última dictadura, a partir de la decisión del ex mandatario Raúl Alfonsín. "Cuando teníamos que hablar, para tomar decisiones, nos íbamos al patio del Juzgado Federal. No escribíamos nada, porque nos dábamos cuenta de que a la noche nos revisaban", recordó el juez, quien fuera uno de los pocos del país en declarar, a mediados de los 80, la inconstitucionalidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida.
D. E.
-¿Por qué se fue de joven para Corrientes siendo que es porteño y cuándo fue eso?
-Fue en el 74. Terminé mi carrera de abogado y me recibí a fines del 73 en Buenos Aires. Estaba de novio y la familia de mi novia es de Corrientes. Tomamos la decisión de ir allí a vivir. En el mes de abril del 74 nos casamos y enseguida nos fuimos a vivir a Corrientes.
-Porque para un porteño, más allá del noviazgo, dejar las luces de Buenos Aires, los compañeritos del colegio…
-El Colegio Nacional de Buenos Aires... A esta altura uno piensa que en ese momento éramos bastante irresponsables. Además, no teníamos plata ni nada, íbamos un poco a la aventura. Confiábamos en el apoyo de los parientes, pero tampoco era una cuestión muy cierta, porque no nos dijeron “vení que vas a tener esto”. Yo quería poner distancia a Buenos Aires. El ambiente de la época era muy pesado, uno se daba vuelta y había bombas. Era un momento de alteración política, que yo prefería estar tranquilo, y estar tranquilo, lógico, implicaba irse de Buenos Aires.
-¿Tiene algún compañero desaparecido de esa época?
-Sí, y hermanos de compañeros también. Lo que pasa es que era un momento distinto en los hechos. A la gente del colegio les pasó con más intensidad; eran de generaciones posteriores a la nuestra, pero también tengo compañeros de la facultad desaparecidos.
-Se enteró después de irse…
-Después. Sí, porque yo ya me había recibido. Después, viviendo en Corrientes, también hubo casos de algunos conocidos de ahí de la zona. Lo que pasa es que algunos eran correntinos pero la desaparición ocurrió en otros lugares del país.
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