Claudia Martínez
Especial para ANÁLISIS
“¿Cómo andará de tiempo Leguízamo? ¿Querrá charlar conmigo?”, pregunté a Carlos Ríos Reynoso, conocedor de teatreros y artistas. “Claro que sí, primero preguntale a Cristina”, me dijo. Cristina, su alter ego, su mujer, su mano derecha, su compañera de la vida. Ella organiza su agenda y es la que coordina todo lo que Ricardo hace.
Un domingo de Pascuas, entre llamados que iban y venían, convinimos sentarnos a tomar algo en un barcito que, aunque fuera ruidoso, no molestó para nada a la hora de charlar con un artista absolutamente puntilloso y dedicado.
La cita era a las 13.15. Él llego a las 13.10 con Cristina, su esposa y primera entusiasta de su trabajo. Absolutamente puntual, como todo escorpiano.
Maletín en mano, el hijo dilecto de Paraná, cuyos audios sobre la vida de los habitantes de esta aldea se viralizan y llegan hasta el viejo mundo, no puede creer que la gente lo extrañe tanto.
“No podía creer que los audios que grabamos dieran la vuelta al mundo”, dijo casi susurrando. Hablaba de “La carta a Papa Noel de Ramiro de Paraná”, de un chico de La Toma, cuyo regalo para las fiestas fue una pileta de lona que no podía llenar porque no había agua en su barrio.
Cuesta ver sentado y tranquilo a un tipo que se come el escenario y genera una fiesta en la platea.
Los shows de Ricardo Leguízamo han recorrido el país; cada vez que se presenta en Paraná llena el teatro. Y la gente sale descompuesta… de la risa.
—Intente buscar reportajes tuyos y no encontré.
—No hago reportajes casi, casi que tampoco hablo de mi vida privada. Está la página web, que la hicimos nosotros hace mucho, cuando no había nada. Ahora hicimos una fan page.
—La gente te extraña…
—Es verdad, yo lo siento así. Yo soy profeta en esta tierra a partir de un humor que tiene que ver con lo que le pasa a la gente, con la verdad, y por eso nunca se sintió defraudada. Además porque he trabajado mucho. Lo mío fue una carrera alternativa a lo que se conoce, porque empecé a trabajar con el motivo de una reunión. Empecé a trabajar para congresos médicos, para empresas y me especialicé en eso. Y eso te lleva mucho tiempo, para eso hay que escribir pequeñas obras de teatro.
(Más información en la edición gráfica número 1018 de ANALISIS del 9 de abril de 2015)
