Pablo Rochi
Los sueños pueden encontrar cientos de dificultades en el camino, pero aunque los contratiempos sean muy grandes, el paso hasta lograr lo pretendido nunca debe detenerse. Eso es lo que puede contar Florencia Soledad Jaimes, la entrerriana que desde muy chica, en su Nogoyá natal, deseaba con fervor jugar al fútbol y que hoy, después de dejar todo por el todo por su gran deseo, se transformó en la gran figura del fútbol femenino en Brasil.
SoleJaimes, como se la conoce en el vecino país, acaba de ratificar sus condiciones para transformarse en la gran protagonista de la semana, siendo la figura indiscutida del Santos, equipo que logró adjudicarse el título por primera vez en su historia.
Para quienes lo desconocen, el fútbol de mujeres en Brasil es muy fuerte y popular, muy diferente a lo que sucede en Argentina. El campeonato es seguido por mucha gente y los clubes le dan preponderancia a esta disciplina, que también despierta el interés de los medios periodísticos.
Días atrás se disputó la final entre Santos y Corinthians, mano a mano que contó con la transmisión en vivo de SporTV como así también con el acompañamiento en tiempo real del sitio GloboEsporte.com.
SoleJaimes volvió a brillar. Con su gol, el Santos se quedó con el título. La entrerriana, de 28 años y ex jugadora de Boca y River en nuestro país, concluyó el certamen como la máxima artillera. Anotó 18 goles en 19 partidos, lo que demuestra su injerencia en el equipo.
El partido se jugó en el Arena Barieri del Corinthians y fue desquite de la primera final ganada también por el Santos por 2 a 0 en Vila Belmiro, con un gol de la nogoyaense.
Su vida, la pelota
La historia de Florencia Soledad Jaimes merece ser contada.De familia muy humilde y con muchas carencias, su infancia no fue fácil. Eso sí, la diversión y el pasar horascon amigos siempre estuvieron presentes. Jugar a la pelota con los chicos fue algo cotidiano, además de terminar siendo la gran escuela para hoy ser una jugadora con cualidades.
Ser parte de los picados no sólo fue una experiencia en su barrio. Tampoco tuvo achaques para integrar el equipode la escuela, dondeparticipar de los torneos internos era una de sus debilidades, según ella misma confesó.
"Siempre jugué con chicos en la calle, porque es muy difícil encontrar chicas que quieran jugar al fútbol. Toda mi vida jugué con niños y eso me sirvió para aprender más”, señaló.
Con el paso del tiempo, el fútbol fue su gran pasión, a tal punto que muchas veces admitió ante familiares y amigos que deseaba ser jugadora profesional.
Quien la ayudó mucho fue su hermano mayor, José, quien estando en Buenos Aires por trabajo la alentó a viajar para probarse en diferentes clubes.
“Mi hermano empezó a llamar a todos los números de Boca, hasta conseguir una prueba para mí. Entré por una semana y fui contratada. Después de unas semanas me llamaron para entrenar con la Selección Argentina Sub20. Fue ahí donde todo comenzó", argumentó.Florencia asumió la responsabilidad y lo hizo muy bien, tal es así que el Xeneize la fichó como una de sus juveniles cuando apenas tenía 15 años.
(Más información en la edición gráfica número 1063 de la revista ANALISIS del jueves 27 de julio de 2017)