N.B. de ANÁLISIS

El acusado jefe narco de Paraná, Daniel “Tavi” Celis, dijo sus últimas palabras en el juicio que ventila las causas “Narcoavioneta” y “Narcomunicipio”. Antes de las 11 se acercó al micrófono, sacó un papel con apuntes del bolsillo de su pantalón y se sentó frente a los jueces Lilia Carnero, Roberto López Arango y Noemí Berros.

“Quiero darle las gracias al tribunal por haberme escuchado. Quiero pedir perdón a mi familia y mis hijos. Quiero repetir respecto a Renzo Bertana (su hijo del corazón, sobre quien no se formuló acusación), Fernanda Orundes Ayala, Cristian Silva y Hernán Rivero. Hace 2 años y 8 meses que padecen ellos y sus familias”, mencionó emocionado.

“Quiero reconocer que soy culpable del secuestro de droga y de cuestiones anteriores. Ninguna persona que miente puede llegar a reconocer el hecho”, dijo.

“Quiero pedir perdón a Luciana Lemos por haberla involucrado en todo esto. Pero lo de los políticos es mentira. Pido que este tribunal analice bien la causa. Puedo tener muchas diferencias con ellos y saben de lo que le hablo, pero son totalmente inocentes Bordeira, Hernández, Viola y Varisco. Ellos no tienen nada que ver”, acotó.

Aseguró que él “buscaba una salida económica” para su familia. “Esto me pasa por ser altruista, por eso terminé en esta situación. Este hombre incumplió conmigo y con sociedad paranaense, porque prometió y no cumplió”, acotó en referencia a Varisco. “Dios se va a encargar de él por el daño que causó. Pero no tienen nada que ver con esta causa. No lo defiendo. Estaría bien que esté preso si fuera verdad, pero no es verdad. Todo lo que se dice de la financiación no es verdad”, reiteró.

Después le pidió a Lemos “que no se lleve esta mochila a la casa donde vive con mis hijos”. “Hoy tiene oportunidad de decir la verdad, tiene la última palabra. Es muy difícil cargar con esta culpa y ella lo sabe. Ella va mucho a la Iglesia. Me gustaría que use la última palabra”.

Dijo que “cuando se juzga a una persona se basa en argumentos y esta causa está llena de premisas falsas que no llegan a una buena conclusión. En caso que esos argumentos puedan ser creíbles, debería la Fiscalía sumarle premisas que puedan comprobar el argumento”, consideró.

Por último, reclamó: “Que la justicia sea para todos y todas”.