En el programa de televisión “Memoria Frágil”, que se emite todos los sábados a las 20:30 por Canal 9 Litoral, y también disponible en YouTube (http://www.youtube.com / @memoriafragiltv16), el deporte entrerriano vuelve a desplegar una de sus páginas más luminosas: la de aquellos hombres y mujeres que, desde ciudades pequeñas, clubes de barrio y entrenamientos casi artesanales, lograron alcanzar el escenario más exigente del planeta: los Juegos Olímpicos.
En este episodio, Gustavo Calderón, María Inés Bertellotti, Leandro Blanc, Ernesto Michel, Florencia Mutio y Magdalena Garro reconstruyen -entre la emoción y el reconocimiento- el camino que los llevó a vestir los colores argentinos frente al mundo, y también la historia colectiva de una provincia que, desde hace más de un siglo, se animó a competir a la par de las grandes potencias deportivas.
La gesta entrerriana no nació ayer. Sus raíces se hunden en los primeros años del olimpismo argentino, cuando en París 1924 el país presentó su primera delegación oficial. Allí marchó Enrique “Quique” Thompson, un atleta total, símbolo de la versatilidad de otra época: corredor, vallista, nadador, remero, jugador de waterpolo y futbolista. Su figura inauguró la tradición entrerriana en la máxima cita deportiva. Ese mismo año, el saltador Luis Antonio Brunetto, de estrecho vínculo con esta provincia, se convirtió en el primer medallista olímpico argentino, con una Plata histórica en salto triple. Desde entonces, Entre Ríos no dejó de aportar nombres, esfuerzo y épica.
Las décadas siguientes sumaron otros pioneros: el ciclista paranaense Mario Mathieu; Roberto Breppe, orgullo colonense con sello olímpico; Ana Gallay, la niña de Nogoyá que convirtió el beach vóley en un sueño posible para el país; los basquetbolistas Daniel Farabello y Paolo Quinteros, integrantes de generaciones que hicieron vibrar al mundo; Daniel Dal Bo, remador de largo aliento; Betina Jozami, que llevó el tenis entrerriano a una cita olímpica, entre tantos otros que marcaron el pulso del deporte argentino.
Ya en tiempos recientes, los testimonios profundizan en vivencias íntimas: Gustavo Calderón recuerda su camino hacia Los Ángeles 1984, entre viajes interminables en tren, entrenamientos austeros y una convicción inquebrantable. María Inés Bertellotti revive el instante en que, siendo apenas una adolescente, ingresó al estadio de Atlanta 1996 y vio a Mohammed Alí encender la antorcha. Florencia Mutio reconstruye el recorrido que la llevó de Estudiantes a Las Leonas, del sacrificio silencioso a la Medalla de Plata en Londres 2012 y a los días inolvidables de Río 2016, compartiendo rutinas con Emanuel David “Manu” Ginóbili, Rafael Nadal o Juan Martín Del Potro.
Con cada recuerdo, se traza un mapa emocional: el de una provincia que, sin grandilocuencias, formó atletas capaces de rozar la gloria. Porque cada vez que la bandera argentina flamea en un Juego Olímpico, late también el corazón deportivo de Entre Ríos, ese que empuja a sus hijos a soñar más lejos que nadie.
La historia olímpica que dejó un sello
Entre Ríos es una provincia que cuando corre, rema, salta o boxea se hace escuchar en todo el mundo. Tal vez sea el agua, o los clubes de barrio, o esa cultura silenciosa del esfuerzo que se respira desde chicos. Lo cierto es que, desde hace más de un siglo, esta tierra ha enviado a sus hijos al escenario más grande del deporte, los Juegos Olímpicos. Y para contar esta historia, hay que viajar casi cien años atrás, para recordar a nuestras glorias. Los que están y los que ya no están.
Gustavo Calderón
“Nos llevaron a Ezeiza… en la delegación argentina éramos 100, no sé si 120-130 deportistas de todas las especialidades. En remo éramos poquito, éramos 6 remeros… era porque fue un 2 single de cuádruple, Ibarra en el single, que Ibarra no remaba en Buenos Aires, él estaba remando para un club de Brasil, así que a él lo vimos allá. Y después… bueno… me acuerdo, que nos citaron en Ezeiza, y ahí nos encontramos con todos los otros deportistas de los otros deportes, vóley, básquet, hockey, todo el resto de la delegación… eran un montón, hay un avión lleno, fuimos para allá. Y, bueno, cuando llegamos a Los Ángeles, la verdad que la organización de los Juegos Olímpicos fue espectacular, tiene una muy buena organización. Nosotros teníamos… el avión nuestro aterrizó en Los Ángeles, en el aeropuerto. Pero, no entramos por donde entran habitualmente la gente, digamos. Teníamos una carpa armada gigantesca, o sea, las delegaciones deportivas entraban por ahí. Ya nos esperaban, nos hacían las visas, teníamos todo un salón grande donde podíamos comer, sentarnos y esperar. Mientras hacíamos el Check In para entrar a los Estados Unidos. Y de ahí, directamente, nos cargaron en un micro y nos llevaron a la Villa Olímpica. No, no… la organización fue algo increíble”.
María Inés Bertellotti
“Fue una sorpresa. Yo era chica, tenía 15 años. Y Luis me lo había mencionado, mirá que si hacés… yo había ido al Nacional… con 15… al Nacional de Mayores, es decir, más 18, y clasifiqué para competir en pruebas para el Sudamericano en Porto Alegre, Sudamericano también de mayores. Y Luis mencionó algo… mirá que el Sudamericano se toma tiempo para los Juegos… Y yo es como que era algo tan enorme que en mi cabeza no lo dimensioné. Y bueno, competimos… fui… competí… hicimos la marca en la posta. Y estuvo en duda si llevar o no posta, entonces, decidieron que sí… así que fuimos a competir en las postas y me convocan. Esto fue en marzo del año ´96, y cuando yo recuerdo que iba entrando al club, iba por la pileta de afuera y Luis sale a mi encuentro cerca de entrar a la pileta, me abraza… porque él era todo así, exclusivo, me abraza así… me alza… yo no entendía nada porque yo venía a entrenar… me abraza, me alza y me dice: ´¡Entramos, entramos!´ … Me abraza y lloraba y yo no entendía qué pasaba… Y bueno, ahí me dice: te vas a concentrar, entraste a los Juegos Olímpicos. Y yo me quedé paralizada de helada. ¿Viste? No sabía qué hacer, ni siquiera sabía bien qué era… era chica todavía y muy, en esa época no había redes sociales, no había el Internet no estaba tan en auge y entonces sí era algo como … ¡Guau! Y en realidad lo que pensé es, más que en la competencia es, en ese momento voy a conocer a otros nadadores, a grandes nadadores, a quién veré, eso fue ¿no? Fueron… ¿y podré? ¿Lo aguantaré? ¿Cómo será? Me vinieron todas esas preguntas… pero, bueno, la verdad que entre mi familia y Luis me contuvieron muchísimo y terminó siendo una experiencia maravillosa”.
Leandro Blanc
“A fines de 2013 entraba a la Selección a representar al país en diferentes torneos, y así comenzaron los clasificatorios de los Juegos Olímpicos, en los cuales me dieron la posibilidad de participar para poder clasificar. Y tuve, si no me equivoco, fueron 4 chances en los cuales las primeras 3 no tuve suerte de poder clasificar, pero estuve cerca. Y en la última, cuarta y última que fue en Vargas, Venezuela, conseguimos la clasificación junto a un torneo de que nos habían contratado a los mejores 6 argentinos en su momento de boxeadores amateur (…) Con tan corta experiencia que tenía desde fines del 2013 representando a la Argentina en 2 o 3 torneos, ya después de empezar a intentar clasificar a los Juegos Olímpicos, no lo veía tan positivo, tan acorde… pero, le poníamos todas las ganas para poder estar porque sabíamos que era la mayor fiesta del deportista amateur, y con tan corta experiencia -como lo dije-no pensábamos clasificar tan pronto. Pero, bueno, se fue dando la chance de una Liga que nos contrató -como dije- y en la última chance que fue de esa Liga hizo el clasificatorio y pudimos clasificar. Y nada… Tuvimos muchas sensaciones, muchas emociones, mucha alegría, mucho de todo. Pasó de todo por dentro de mí… primeramente, tanto como para mí, mi equipo, para mi gente, mi familia, vecinos, amigos y demás. Quién no me escribió, quién no me felicitó por haber clasificado a unos Juegos Olímpicos, creo que fue una emoción más que nada de poder estar en la mayor fiesta del deportista, como dije anteriormente. Después, bueno, estar allá, convivir diferentes países, diferentes deportistas, basquetbolistas, futbolistas, que los cruzaban… la tele, los veía en la tele, cruzármelo ahí, que me saluden como uno más, creo que fue algo único. Me sorprendía todo el tiempo de la humildad de cada deportista, tanto argentinos como de otros países también”.
A los Juegos de París de 1924, Argentina -entre disputas internas y discusiones dirigenciales- envió por primera vez una delegación oficial. Setenta y ocho deportistas, todos hombres. Al frente de aquel grupo legendario va un entrerriano: Enrique “Quique” Thompson. Era más que un atleta. Competía en 400 metros con vallas, en decatlón, practicó natación, remo, waterpolo, fútbol. Un espíritu olímpico como los de antes, de esos que no caben en una sola disciplina. El primer podio argentino en la historia de los Juegos de París fue para Luis Antonio Brunetto, atleta con fuerte lazo entrerriano, que logró la medalla de plata en salto triple. Y mientras los Juegos crecían, Entre Ríos seguía enviando deportistas que abrían camino. En ciclismo, el paranaense Mario Mathieu, un pionero del pedal, representó al país con una entrega que marcó a generaciones enteras.
Ernesto Michel
“A pensar y no … medio cerca, no es una cosa -como se dice hoy en día-, tenés que soñarlo, proyectarte. Argentina no jugaba a Juegos Olímpicos, la verdad que no tengo presente desde qué fecha. Creo que había clasificado para Los Ángeles ´84, pero hubo un boicot de los Juegos, entonces… Argentina no fue. Y bueno, empezás a verlo como una proyección, porque empezás a ver que la Selección tiene torneos y uno es parte de ese proceso. Pero, como sueño medio cortito ahí, porque también tenés que lograr que no te saquen del equipo. Así que repito, no es que es, ¿viste todo desde los sueños? Tenés que ponerte la meta. Apareció medio cerquita cuando uno ya estaba dentro del proceso de la selección mayor (…) Y tenía eso fue el preolímpico, fue en el año ´95, en un torneo que se jugó acá en Argentina, en 2 subsedes. La primera etapa la jugamos en Tucumán y la segunda en Neuquén. Y nosotros teníamos equipo, pero sabía que las fases clasificatorias habitualmente -eso era un Panamericano- es como que más o menos pasa, y después vienen semifinales y finales, y ya jugás contra Brasil o Puerto Rico o Venezuela, que son equipos que son fuertes… y bueno, pasamos la primera fase y bueno… después ganamos semifinal y se jugó la final con Puerto Rico, que perdimos. Salimos subcampeones, pero había daba 2 plazas el torneo. Y la verdad que, con mucha alegría, porque era un hecho histórico por esto que te mencionaba antes, de la no participación de nuestra selección de basquetbol en los Juegos Olímpicos. Y bueno, pero ahí comenzaba medio otro proceso hasta llegar a los Juegos a esto hasta a que no te saquen. Si viene un compromiso entre el equipo, dentro del equipo, que íbamos a ser los que clasificamos, íbamos a ser los que íbamos a ir, después había que pasar ese derecho de tiempo”.
Florencia Mutio
“Los Juegos Olímpicos de Londres fue totalmente diferente al de Río, por una cuestión de que, bueno, yo no estaba en un proceso… era mi primer proceso de participación en las Leonas. Fue un proceso corto de 6 meses, porque yo entré en enero-febrero. Los juegos se jugaron en julio-agosto del 2012. Así que bueno, fue un proceso como corto, pero muy intenso, donde también me mudé a Buenos Aires, me fui a jugar al Club San Fernando. Me fui adaptando un poco la vida de Buenos Aires, al club, a un club nuevo, a las Leonas. Fueron muchos cambios. Y, bueno, me tocó ser titular también en ese Juego Olímpico, jugar todos los partidos, ganar una Medalla de Plata. Así que bueno, fue muy intenso, muy lindo. Crecí mucho en ese proceso y fue el primero. Después, 4 años después, vino Río, que por ahí ya tenía un poco más de rodaje en el seleccionado, en cómo funcionaba todo. Bueno, dentro del equipo, con mis compañeros ya tenía otro tipo de vínculo, de relación”.
Magdalena Garro
“Hola, mi nombre es Magdalena Garro, yo hago canotaje. Soy de Concepción del Uruguay y participé de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Participé en canotaje, en la prueba de K 4 500 de 500 metros (…) Practico canotaje desde que tengo 8 años, desde el ´98, así que para cuando fui a los Juegos Olímpicos, ya hacía casi 18 años que estaba en el deporte… ahora muchos más, porque sigo entrenando, sigo formando parte de la Selección Argentina. Creo que cuando uno es chico, en mi caso, no empecé con ese objetivo, sino que eso se fue dando, digamos, fui participando en distintas competencias… en competencias nacionales, en competencias internacionales, etcétera. Y bueno, ahí sí un poco se prendió la idea de poder ir. Sobre todo, porque uno va compartiendo equipo con deportistas que fueron a los Juegos Olímpicos. Entonces una también cree que lo puede lograr. Me pasó de compartir equipo con Fernanda Lauro, que fue olímpica en Atenas, con Estefanía Fontanini, que fue olímpica en Beijing. Entonces, un poco eso nos hace darnos cuenta que una también puede ir. Una también puede ser parte. Creo que por ahí vino mi motivación. También sabíamos que en el K 4 es muy difícil de clasificar, pero bueno, nada es imposible. Porque solo clasifica el primer bote de América. Entonces, había que ganarles a países a los que nunca se le había ganado: a Canadá… a México… a Cuba. Entonces, sabíamos que estábamos cerca, pero también sabíamos que, bueno, uno puede estar cerca, pero puede también quedar afuera. Por eso, por ahí se lo veía un poco más difícil. Con un grupo comenzamos a entrenar K 4, a priorizar ese bote, hacer que sea nuestro bote el K 4… un bote fuerte. Y si pienso que en algún momento me di cuenta que podía estar realmente, que podía lograrlo realmente, fue cuando iba en la entrada en calor, antes de la competencia previa en Milán 2015. Cuando vi el bote de Canadá, que era nuestro rival directo, no sé… vi algo que dije: a este bote… a este bote… a esta versión de Canadá le podemos ganar, que era algo que nunca habíamos hecho. Y bueno, y así fue… como que, no sé, cuando lo vi algo se prendió en mí y pudimos hacer nuestra mejor competencia: ganar a Canadá, y eso nos llevó -más allá del resultado final- directamente a clasificarnos a los Juegos”.
En Colón, Roberto Breppe fue referencia nacional del ciclismo con participaciones olímpicas. En Nogoyá, una niña que amaba la arena llegó dos veces a los Juegos: nos referimos a Ana Gallay, emblema del beach vóley argentino. Y en el básquet, dos nombres que retumban todavía: Daniel Farabello, olímpico en Atenas 2004; y Paolo Quinteros, en Beijing 2008, uno de los tiradores más precisos que dio el país. También estaba Daniel Dal Bo, remador incansable, olímpico en Río 2016, y la paranaense Betina Jozami, quien inscribió su nombre en la cita de tenis, entre otros entrerrianos que formaron parte de la historia olímpica.
María Inés Bertellotti
“Hay un gran mito. Los deportistas, creo que en todos los Juegos Olímpicos de la historia, hasta el de Francia, los deportistas se pierden gran parte del espectáculo, lo organizan bien. En el caso de Atlanta estábamos en un estadio al lado del estadio donde eran los juegos y pusieron unas pantallas enormes, pero lo vemos por televisión también a gran parte del espectáculo. Luego, sí viene la entrada, el desfile y con el desfile sí ver a Mohamed Alí, al ´Dream Team´ (equipo de ensueño o equipo soñado) pasar, y luego a Mohamed Alí con la antorcha, el prender… ese momento es algo increíble… increíble… de una experiencia única, ¿no? Sobre todo, para para el que -como nosotros- éramos amateur y demás… tanto esfuerzo en llegar ahí. Pero sí, todo el espectáculo y demás lo vimos por televisión, por pantallas, como ustedes. Así que bueno, pero fue maravilloso porque estábamos ahí, estábamos todos mezclados. Conocés gente de muchos lados, muchas culturas de golpe ¡y es maravilloso!”.
Florencia Mutio
“Sí, para mí fue un sueño, o sea, fue como que se hizo… fue un sueño y sí, un orgullo representar a los paranaenses y a Entre Ríos. Amo mi ciudad, me encanta Paraná, entonces, bueno, obviamente voy a representar acá a toda la Federación, a mi club, que fue un poco lo que me pasó en el Juego Olímpico en el primer partido… me acuerdo… sonó el Himno y, bueno, ahí sí, se me vino todo mi recorrido, ¿no? Desde el plumazo hasta Rosario, hasta, bueno, San Fernando… todo el proceso que yo había vivido hasta llegar a ese momento. Entonces, una es un poco todo eso que vivió, ¿no? (…) Primero, bueno, el haber quedado en la lista y ahí arrancó todo el proceso del viaje. Nosotros fuimos previamente a Holanda a hacer entrenamientos, y a jugar amistosos. Fui ganándome un lugar poco a poco, también en el equipo hasta -como vos decís-, la inauguración del Juego Olímpico. Nos juntamos todos los deportistas en el edificio de Argentina, de ahí nos fuimos caminando todos hasta el estadio y bueno, y es esa espera. ´Lucha´ Aimar era la abanderada, entonces hockey estaba muy presente y bueno, todo ese camino hasta llegar al momento en que nombran a Argentina y tenés que salir a desfilar. Previo a eso siempre se salta, estás saltando, estás arengando con todos los argentinos en ese momento, es como muy fuerte, muy lindo. Y después cuando te nombran, salís al estadio, que era increíble, lleno de gente, luces, y hacés ese paso. Y al ser Argentina, como es la letra A, lo bueno es que vos ingresás casi primero y después tenés la oportunidad de ver todo el resto de las delegaciones desfilar, que es impresionante, porque cada uno también tiene a sus deportistas destacados. Y hay un show en el medio que, al ser Gran Bretaña, tiene muchos artistas y muchas personas del rubro artístico, sobre todo, como para poder brindar un show que fue impresionante. Entonces, la verdad que cada cosa te sorprendía un poco más”.
Ernesto Michel
“Se me pone la piel de gallina… tiene otro peso porque hay un proceso previo de concentraciones… a ver… previo más largo, de concentraciones, partidos amistosos, viajes dentro del país, algún viaje al exterior de camino a los Juegos, de camino a Atlanta, para este caso. Llegas a Atlanta, empezás a ver la organización y la dimensión de la cantidad de gente que llega. Y llegas a la Villa Olímpica, empiezan los compromisos, empezás a conocer las instalaciones, viene la ceremonia de inauguración, y ahí es conmovedor… es conmovedor. En el momento uno no termina de darse cuenta, crece como los pescados de los pescadores, crece cuando lo mirás para atrás y podés ponerlo en su real dimensión (…) Sí, sí, como deportista, como no deportista, es muy emocionante por la dimensión… Argentina es una de las primeras delegaciones que entra a los estadios, a los desfiles de inauguración de los Juegos. Entonces, todavía hay mucho, hay mucho entusiasmo, los flashes, dar la vuelta alrededor de la cancha, ubicarte, ver a todas las delegaciones pasar, ver a los integrantes de las otras delegaciones, deportistas que uno ve en el diario, los ve en la televisión, los ve en los medios, y es como que uno sabe que, bueno, en ese momento nuestro juego no estaba tan internacionalizado, pero veía basquetbolistas de otras delegaciones, que los veía en fotos literalmente. Y eso ya está muy bueno”.
Leandro Blanc
“Fue difícil clasificar, como lo decía, con tan poca experiencia, con tan poca trayectoria, recorrida del mundo y demás peleas internacionales como lo empecé a hacer de la nada. Y muy emocionante también poder, primeramente, poder salir de mi provincia, del país, jamás lo había hecho… Y nada… muy contento por lograr la clasificación, que fue lo que buscábamos de tantas formas para poder entrar ¿no? … Para poder entrar en esa mayor fiesta. Una de las anécdotas, tengo muchas anécdotas, tengo muchas cosas que puedo contar y tengo muchas cosas que no se puede contar también. Pero, nada, muy contento y alegre. ¿Qué les puedo decir? Junto a (Alberto Ignacio) ´Beto´ Palmetta fuimos a ver Argentina-Brasil en básquet. Y al final del partido, que después de todo fue un muy buen partido y terminamos ganando, o sea, Argentina ganó. Era tarde y nos volvíamos a la Villa Olímpica y no había colectivo para volver a la Villa Olímpica junto a Palmetta, así que vimos un colectivo que salió de atrás del estadio… vimos un colectivo que decía Delegación Argentina y, bueno, golpeamos la puerta para ver si nos podía llevar hasta la Villa Olímpica donde estábamos hospedados… y hablamos con él que nos recibió y bueno, se subió 2 o 3 escalones hacia arriba del colectivo, miró, hay 2 argentinos que no tienen cómo volver, si lo podemos llevar hasta la Villa Olímpica. Y dijo que sí. Nos subimos y ni bien subimos los escalones del colectivo era toda la delegación argentina de básquet que justo habíamos ido a ver. Así que nada, nos recibieron (Emanuel ´Manu´) Ginóbili, (Luis) Scola y (Facundo) Campazzo. Nos sacamos fotos, hicimos videos, hablamos de charlas, nos preguntaron cómo veníamos nosotros en la competencia… nosotros le dijimos que fuimos a verlo a ellos, a todos en la competencia, nosotros le dijimos que fuimos a verlo a ellos, todo… pero, la verdad es que nos sentimos integrados al equipo como uno más. Esas fueron las sensaciones y demás, más que nada contento y orgulloso de poder estar en los Juegos Olímpicos... También agradecer a toda mi gente de Concordia que siempre me apoyó: ¡Muchísimas gracias! … un saludo, gracias por la nota y besos a mis hijos, a Leandro Yamil Blanc y a Romeo Blanc también. ¡Gracias!”.
Florencia Mutio
“A muchas de las chicas las conocía porque había participado con ellas en un Mundial Junior años anteriores, pero sí, por supuesto. Ella ya… a las Leonas una las venía siguiendo, tenían una trayectoria importante, habían ganado, habían jugado Juego Olímpico, habían ganado medallas del mundo y estaban dentro de las mejores. Entonces, sí, las exigencias eran muy grande… así que uno tiene que ir ahí y bueno… ir acoplarse a eso. Creo que todos más o menos siguen la misma línea. Creo que se va pasando un poco de generación en generación, cierto valores y ciertas formas de trabajo que se van transmitiendo a las más chicas. Y creo que bueno, eso se trata, se continúa haciendo. Obviamente, con las generaciones algunas cosas cambian… pero se va tratando de pasar de una generación a otra. Y una tiene una responsabilidad, obviamente, representa Argentina, así que más allá de ser un individuo, también representa una institución que es Argentina, un país. Y bueno, tenés que tener ciertas conductas también y ser un poco responsable de lo que una está representando… a la hora, en el partido mismo, a la hora de jugar y fuera de la cancha”.
Pero la historia siguió sumando capítulos. En Paraná, un adolescente se enamoró del remo sin imaginar cuán lejos lo llevaría. Gustavo Calderón entrenaba a pulmón, viajaba en tren durante horas, sacrificaba días, meses, años. Hasta que un día, el tiempo se acomodó a su favor y llegó a las Olimpíadas de Los Ángeles, en 1984. Y como otros, siguió escribiendo la historia del deporte entrerriano.
Gustavo Calderón
“Hermoso, vos llegás y te encontrás con un lugar a donde hay gente de todo el mundo, hablan todos los idiomas y están en el deporte. Nosotros estábamos en un lugar que era la universidad, porque la sede olímpica fueron estructuras, eran las universidades. Lo que hizo el Comité Olímpico de Los Ángeles fue darles forma, digamos, a las universidades y alojarnos ahí, porque los estudiantes se alojan en la época de estudio en la universidad. O sea, nosotros estábamos en la universidad de Santa Bárbara que, para que tengan alguna idea, la biblioteca de la universidad de Santa Bárbara, la biblioteca solamente era del tamaño de lo que es el Consejo de Educación. De ahí era una ciudad aparte prácticamente. O sea, una cosa increíble y, bueno, teníamos todo ahí adentro, no necesitábamos salir a ningún lado… teníamos cine, teníamos comedor las 24 horas, o sea, no necesitaba nada, podías comprar ropa, tenía gimnasio, tenía juegos. O sea, era una ciudad chiquita para los deportistas. Y no… una cosa increíble… no podés creer lo que es estar ahí, ¿no? (…) La inauguración fue sensacional. A nosotros nos llevaron, digamos… y sí… lo que no podemos ver es el inicio de los Juegos, porque nosotros en el estadio estábamos al costado, en una cancha de básquet que tienen al lado, tenía el Estadio Olímpico… ahí nos pusieron a todas las delegaciones de todo el mundo… porque se hace primero la apertura, toda la charla y después se hace el desfile de las delegaciones. Así que entramos, después de los Juegos los veíamos nosotros por una pantalla gigante, y todo lo que es inauguración… y todo. Y después desfilar es algo hermoso. La verdad que es una experiencia única. El estadio tenía 84.000 personas… cuando entramos… yo no podía creer cómo gritaba la gente, era ensordecedor. Es algo que no te olvidas más. Y, bueno, ahí estuvimos, desfilamos, charlamos con las otras delegaciones, te hacés amigos de gente de todo el mundo, compartís experiencias de cómo entrena un país, cómo entrenas vos. Sí te puedo decir es que estábamos lejísimos de cómo entrenaba los otros países más desarrollados, ¿no? A la par nuestra, digamos”.
Magdalena Garro
“Creo que Río para para todos los atletas argentinos tuvo algo que fue muy especial: fue la cercanía con Argentina. Y creo que lo más emocionante fue que vaya mi familia, que haya podido ir toda… casi toda mi familia a Río y competir y que ellos estén en la tribuna ¡fue algo increíble! Porque nunca se había podido dar esa situación de alguna competencia internacional a la que ellas pudieran ir. Así que… bueno… que hayan estado todos ahí… parte de mi familia fue en avión, parte de mi familia fue en auto hasta Río… así que una aventura también para ellos y bueno, el poder compartir, el poder estar. Ellos también la pasaron genial aprovechando algunos la playa, otros más deportes en los Juegos. Pero, que ellos también hayan estado ahí, fue increíble. Y también muchísimos amigos que fueron para allá que aprovecharon que yo competía cerca y fueron. También creo que algo muy emocionante fue que gente tanto de la ciudad como de la provincia que fueran a los Juegos a ver… de repente compró entradas para canotaje porque había una entrerriana compitiendo ahí… creo que eso es algo muy increíble y muy valorable… por ahí para todas esas personas que fueron, que capaz nunca nos habían visto en Entre Ríos compitiendo, pero sí nos vieron en los Juegos y se acercaron… por eso, sentir ese apoyo y ese aliento desde la tribuna fue increíble Y fue muy diferente a por ahí todas las competencias en la que nunca hay tantos argentinos alentando en las tribunas. Siempre están alentando desde nuestras casas, pero son pocas las veces que están en la tribuna. Así que fue increíble. En ese sentido, nos acercamos después de las competencias a saludar y demás. Y a su vez, el último día, cuando ya todas las competencias terminaron, con todo el grupo que estábamos en las tribunas, nos fuimos a la playa… nos fuimos a Copacabana, que es la playa cerquita donde está la Lagoa, donde fue el evento de canotaje… así que increíble poder disfrutar de una playa tan hermosa como Copacabana después de competir en uno de los eventos más importantes para mí -junto a familia y amigos- así que creo que eso se queda en mi corazón”.
Gustavo Calderón
“Sí, es algo, como experiencia fue única, volcar la experiencia a los chicos que empiezan. Sí, es algo muy lindo, y es algo no te olvidas más. Y ojalá muchos puedan llegar y la Argentina tenga la estructura para que muchos chicos puedan llegar a un Juego Olímpico. Y por ahí hoy todavía nos falta la estructura, sobre todo en remo… que el remo todavía no tenemos una pista olímpica. La que tenemos en Tigre no tiene muy buenas condiciones. Pero, bueno, el remo es así. El deporte amateur es así: sacrificio, sacrificio. Siempre nos decía un entrenador que, para ganar en las regatas, andar bien, primero uno tiene que exigirse mucho en el entrenamiento para exigir al rival en una competencia. Después -nos decía- si vos entrenas para un 10, mañana tenés que entrenar para un 11, porque tu rival siempre entrena para un 10. Y así te van metiendo trabajo y esfuerzo. El remo es ´técnica´ y mucho entrenamiento. Hoy por hoy tengo a mi hijo que está remando y lo veo como entrena… y sí, entrenan de lunes a domingo, doble turno. Él está en la selección remando y participando, es campeón sudamericano junior y subcampeón sudamericano senior”.
También en el agua, pero dos décadas después, una joven empezó a nadar por recomendación médica y terminó rompiendo récords: María Inés Bertellotti, la primera entrerriana en bajar el minuto en 100 metros libres. A los 15 años, sin terminar de entender dónde estaba, entró al estadio de Atlanta 1996 y se encontró al gran Mohammed Alí encender la antorcha olímpica. Imágenes que nunca se borraron en nuestros gloriosos deportistas.
María Inés Bertellotti
“Tiene otro sabor. Sí. Yo en ese momento fui la primera mujer entrerriana en bajar el minuto. Recuerdo, era chica con 15 años, que para mí fue una gran hazaña. Porque aparte no era velocista-velocista, 100 metros es una prueba de velocidad. Yo era más medio fondo, que son 200-400-800 como prueba de fondo. Y sí, ser del interior, del fondo del mundo, Argentina. Estamos allá abajo siendo que éramos todos amateur, sin sponsor, excepto la ayuda que recibíamos, ¿sí? Bueno, de la gobernación en ese caso, en aquel entonces de (Jorge Pedro) Busti nos pagaban una cuota cada 3 meses que nos ayudaba mucho porque las mallas eran carísimas, las antiparras y había esa promoción a través también de Luis y también la Confederación Argentina que hoy es la Cad, ahora es la Cadda, también a los deportistas nos ayudaban con ropa y demás, pero eso era todo, ¿no? Después era todo a pulmón. Entonces, fue realmente muy significativo, importante ver todo eso…ver… Era los Juegos Olímpicos de la tecnología, le decían, ¿no? Y estábamos en lo Estados Unidos, así que eran todos los famosos que pasaban por ahí vía Bill Clinton… nunca me acuerdo del nombre… Estuve charlando con el que compite con Rocky Balboa, el rubio. ¿Cómo se llama? No me acuerdo (por Dolph Lundgren). Estuvimos charlando con él… vi a muchos cantantes. Fue, la verdad, una experiencia espectacular (…) Nervios, miedo, terror, pánico. No estábamos bien físicamente. Veníamos de entrenar en Buenos Aires, pues no todo es color de rosas, ¿no? En ese momento había poco presupuesto para deportes, así que entrenábamos en una pileta de 50 metros del Cenard (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo). Estoy hablando de Buenos Aires, invierno, pleno invierno y entrenábamos a la intemperie. No tenía techo la pileta y las calderas andaban a veces sí, a veces no. No éramos los únicos, porque estaba la chica de clavado también, eran varios, así que fue muy duro. Nosotros estábamos preparados para ir a Rusia o Alaska a competir y fuimos a Atlanta en julio, pleno verano para ellos, 40 grados a la sombra, así que no estábamos bien físicamente. Al principio no, incluso tuvimos problemas estomacales, de panza por el mismo cambio. Así que en marcas a ninguno de los 7 que fuimos nos fue bien. Entonces, ese momento de haber hecho tanto esfuerzo, subirme al cubo y saber que no iba a ser mi marca, que fue frustrante y me costó… y me costó salir después de esa frustración. De hecho, en el siguiente año yo pasé de estar primera en mi categoría, incluso en categorías mayores, porque es, entendemos que si yo con 15 años pude ir al Sudamericano de mayores es porque, digamos, tenía marcas que le ganaba a mi categoría y a categorías de chicas más grandes. Y pasé de eso a quedar octava en mi categoría, a no clasificar. Y estaba con esa frustración de tanto esfuerzo y no haber podido lograr, porque estaba mal en ese sentido, muy mal físicamente por el tema del frío y mi historial de asma. Enfermé, tuve una gran bronquitis, tuve que tomar muchos antibióticos… bueno… los inhaladores y todo eso me afectó físicamente. Perdí masa muscular, adelgacé. Entonces, no fui en mi mejor momento… y eso me frustró mucho… me frustré y me llevó un año recuperarme. Pero, me logré recuperar y clasifiqué para otro Sudamericano”.
Ernesto Michel
“Y de la Villa Olímpica recuerdo que es una es una organización gigantesca. A ver, cada cual anda como en la suya… cada cual, cada equipo de cada disciplina anda como en la suya. Porque un día jugaba a las 10 de la mañana, al otro día jugaba a las 6 de la tarde. Entonces, te acomodan los horarios de comida, de entrenamiento. Es como que andas con un programa. Pero, lo que más recuerda son los horarios que íbamos a las instalaciones para almorzar o cenar o desayunar, y estar chocándote o tener a los dos pasos adelante a Vlade Divac, a una tenista renombrada u otro deportista… y vos decís, mirá qué diferente, qué distancia y qué similares que somos con todo lo paradójico que puede ser. ¡Y está rebueno! Por ahí, por el momento te la creés y empezás a verlo de forma divertida con tus coequipers, pero eso es muy emocionante (…) Y mirá, te diría que más bien poco... En mi caso es muy particular, porque además de, como te decía, que anda cada uno con su programa propio, yo soy medio parco, soy de pocas palabras, pero no hay como mucho tiempo. Si no has compartido un equipo antes, si no has compartido o participado de una competencia con la otra persona, es poco común poder fundar o generar una relación en sí. Por ahí, estar esperando, porque en la villa había trencitos, los carritos de golf, de este tipo trenecito, que giraban todo el tiempo, entonces vos te subías y te dejaba donde vos querías ir. Entonces, por ahí compartía, estás sentado al lado de alguien y vas charlando de lo que sea… pero generar relaciones, más bien poco”.
María Inés Bertellotti
“En natación y en cualquier deporte, perseverar. Los sueños se logran con constancia. La acción en el tiempo repetida, ¿no? Hay una cuota de por ahí, digamos, de lo físico, lo que uno trae con uno, que puede ser más apto para un deporte, para otro. En mi caso, yo tenía la estructura física ideal para nadar y coincidí con el deporte. Está un poco eso y después la constancia y la perseverancia. Eso es lo que trae los resultados… Y, luego entendí… después de esa situación que yo la veía como fracaso, ¿no? … que es simplemente parte del crecimiento y del aprendizaje. El perder también es aprender a ganar en un futuro. Todos los deportistas, todos han perdido, les han errado goles en el caso de fútbol, no han logrado la marca. Pero, la constancia y la perseverancia rinde frutos”.
Florencia Mutio fue otro ejemplo. Se puso el buzo de arquera de Estudiantes, después el de Las Leonas y termina en dos Juegos Olímpicos. En Londres 2012 ganó la Medalla de Plata. En Río 2016 vivió lo imposible, compartir mates con Manu Ginóbili, cruzarse con Nadal en la Villa o reír con Del Potro, relatando su épica medalla. Historias, recuerdos y emociones en cada instante.
Florencia Mutio
“Y bueno, ya cuando me tocó ganarme un lugar para Río, sí, también… era decir: yo quiero estar ahí porque había vivido lo anterior y obviamente quería disfrutarlo. Ya en ese momento estaba (María) Belén Succi, que era arquera, entonces yo por ahí sabía que era la de menos participación. Entonces, al no ser titular por ahí uno tiene otro tipo de presión. Entonces, por ahí como que lo viví de otra manera, porque cuando uno está jugando y tiene toda la presión de tener que estar conectado al 100, es distinto al estar ahí… que una sabe que te puede tocar jugar, que me tocó en su momento entrar también con India unos minutos y jugar. Pero, bueno, creo que fue distinto, porque si me tocaba entrar o tenía que jugar, yo creo que después de haber jugado Londres, tenía confianza para jugar cualquier partido contra cualquier rival. Creo que después de la presión que viví ahí, me sentía capaz de jugar en cualquier momento, contra cualquier rival”.
Ernesto Michel
“Por ahí pasa… la verdad que a uno también le cuesta sacarse… a ver… es un evento que pasó hace muchos años… tiene todo el brillo que uno le puede dar… Uno… al menos yo, hoy ya no busco ese reconocimiento. Sí, estoy orgulloso y no me quieran ningunear o lo que sea, porque me planto. Pero, uno ya no estás esperando ese reconocimiento. Como te digo, ha quedado en el pasado y no se puede vivir de recuerdos. Hay que seguir adelante con la vida diaria… hay todos los altibajos y saltos que nos prometen y no se cumplen en este país… entonces, no podés vivir de recuerdos. La vida sigue”.
Florencia Mutio
“Y anécdotas, sí… a ver… de encontrarte deportista, eso sí, de estar ahí, qué sé yo, comiendo y te aparecen alguno de la NBA, o Pau Gasol, o te aparece (Novak) Djokovic, o te aparecen los de la NBA, Pau, te aparece, ¿cómo es? Kobe (Bean) Bryant, no sé, estás ahí también, Ginóbili… estás ahí, estás sentada y te cae, baja y te dice, chicas, ¿cómo anda? ¿Me das un mate? Se pone a charlar con vos… Vos sabés que es una estrella total. Se abre el ascensor y entras y están todos los jugadores o algunos de fútbol también. Después, ¿qué más? Sí, Usain Bolt, es como que era ahí… es como parece… o ´Rafa´ Nadal… estar comiendo y está ´Rafa´ Nadal ahí comiendo igual que vos, porque todos tenemos la misma… o sea, uno llega, agarra su bandeja de comida, va y busca, se sirve lo que quiere y se sientan. Entonces, uno por ahí estás compartiendo, claro, con Nadal, estás comiendo ahí, charlás, o estar en una mesa… estábamos comiendo, cenando, creo también, y cayó Del Potro, que había ganado la medalla en Río, había ganado la Medalla de Plata, y cae ahí… se sienta con nosotras… éramos algunas que habíamos quedado y nos empieza a contar que estaba agotado, decía, estoy cansado, como que se puso a charlar y a contar, dice, yo la verdad… yo no daba más, pensé que no terminaba, pero vos sabés que ahí había seis locos que me gritaban y cantaban y cantaban y cantaban y me alentaban tanto que yo dije, no puedo perder, y como que eso lo motivó a él, ¿me entendés? Terminó con una Medalla de Plata en Río. Entonces, es esa anécdota, él contando, así… comiendo, agotado, no podía más, había jugado hacía pocas horas el partido de tenis. Esas cosas que estás con Del Potro charlando, él contándote, minimizándolo como lo había vivido ¿no? a esa medalla”.
La historia de los olímpicos entrerrianos es una historia larga, profunda, tejida entre el sacrificio y el sueño. Desde Thompson y Brunetto hasta los deportistas que se forman hoy en los clubes, Entre Ríos ha construido una tradición que no se escribe en voz alta, pero que resuena en cada estadio del mundo.
Magdalena Garro
“La verdad que los Juegos de Río fueron muy muy significativos para mí, para la delegación de canotaje, porque el canotaje usualmente siempre está en algunas subsedes. Entonces, muchas veces no participamos de las ceremonias de apertura ni de clausura. Por lo tanto, en Río tuvimos esa doble posibilidad: como estábamos en Río entrenando, pudimos ir a la apertura y también pudimos ir a la clausura. Así que fuimos dos veces al Maracaná. La verdad que fue algo impresionante, una sensación enorme de orgullo, de alegría, de grandes vivencias… el poder compartir con todos los deportistas de Argentina. Tanto la apertura como la clausura… por ahí la clausura es mucho más informal y demás, pero la verdad que muchísima alegría se vivía en ese momento de poder compartir y de poder estar. Y creo que hay algo que nos enorgullece muchísimo a todos los que estamos ahí y es el de poder representar ´a la celeste y blanca´ y estar ahí. Eso es algo grandioso”.
Florencia Mutio
“Para mí un orgullo, o sea, paranaense, entrerriana, esto de ser por ahí… O sea, hay un montón de deportistas que nos representan en un montón de disciplinas. En mi caso, ese plus de ser la primera mujer entrerriana que tiene una medalla olímpica. ¡Ojalá que vengan! Y bueno, en mi caso, hockey hoy, justo en estos días se dio una lista de un seleccionado sub 21 para jugar un mundial en Chile este año y quedó en esa lista Máxima Duportal, que es una chica de Paraná. Jugaba en Talleres, después jugó un tiempo en Quillay, ahora está jugando en River, en Buenos Aires. Así que bueno, orgullosa de que haya otra paranaense que nos represente, así como también está Emma Eterovich, que es arquera del CAE y que también va a ir a una competición nacional ahora y a jugar unos partidos amistosos con Uruguay. Así que es lindo que haya también otras jugadoras que puedan vivir esa experiencia, que me encanta que eso se pueda dar”.
Gustavo Calderón
“Que el remo y los deportes son sacrificios, como toda la vida. O sea, a mí lo que me sirvió el remo es que nada se consigue sin sacrificio y constancia… tanto en el estudio, en la vida, en lo que vos emprendas, tenés que ser constante para poder obtener resultados. A veces vas a ganar, a veces vas a perder, pero si vos siempre seguís el camino y sos constante, vas a llegar a donde vos querés. Así que, bueno, los que quieran remar es sacrificio, constancia y entrenamiento”.
María Inés Bertellotti
“Respecto de los Juegos que, bueno, si se tiene como sueño, es una experiencia maravillosa. Es a lo máximo que puede aspirar un deportista amateur, incluso los profesionales, porque en el caso, por ejemplo, aquí en Argentina, en fútbol es importante para los futbolistas participar de los Juegos, siempre es algo que se hace y es una experiencia para la vida en general, ¿no? Y el deporte en sí… el deporte… el pertenecer a un grupo… el pertenecer a un club. No tenemos que perder eso. No tenemos que perder la vida del club. No tenemos que perder. Tenemos que hacer que nuestros hijos vayan, participen… participen de un deporte, no importa cuál, no importa lo que hagan. Pero, eso no lo tenemos que perder, porque es uno de los grandes valores que tenemos en Argentina. En otros países esto del club y la vida, no existe. Se práctica, por ejemplo, en los Estados Unidos, en los colegios. Y creo que lo importante que tenemos nosotros acá es eso: el club… lo que hablábamos hace un rato, lo que conlleva eso… el trabajo de la familia… yo no podría haber ido y haber llegado a donde llegué si no hubiera sido… O sea, no llegué sola. Este logro no es mío. Es de mis compañeros también que estuvieron ahí conmigo, que tanto como yo nos levantábamos desde que iniciamos el secundario: lunes, miércoles y viernes, antes de ir al colegio a nadar, 4 y media, 5 de la mañana estábamos todos ahí. No era yo sola, éramos un grupo de 50 chicos. Antes de ir a la escuela íbamos a nadar lunes, miércoles y viernes, nadábamos los sábados, nadábamos a la tarde. Además, hacíamos inglés, hacíamos todas las otras actividades que corresponden, ¿no? Y estaban nuestros padres ahí, estaban los entrenadores ahí. Entonces, ese trabajo mancomunado de familia y comunidad no tenemos que perderlo nunca. Ese es mi mensaje”.
Ernesto Michel
“Para la juventud y si alguien que ve el programa… algún joven que ve el programa… bueno… esto de ceñirse en un camino y hacer lo que hay que hacer, no estar cambiando y buscar el rédito inmediato. Particularmente para este caso, desde que empecé a jugar al básquet y llegó este evento, pasaron 15 años y quién sabe cuántas horas de entrenamiento, cuántos tobillos doblados y rodillas rotas. Entonces, hay que ceñirse a un camino y persistir”.
Florencia Mutio
“Decirles -obviamente- que den lo mejor para ellas mismas, ¿no? Para sentirse bien con ellas mismas y para brindarle a sus clubes, a cada club, lo mejor. Y siempre pensando en eso, en primero rendir para tu categoría, para tu club, que es el que te dio las herramientas, obviamente, para estar donde en un seleccionado de Entre Ríos, o en este caso para llegar a un seleccionado nacional. Entonces, primero priorizar eso, obviamente creo el sueño de uno cuando está en un club es jugar en Primera, salir campeón con su club y bueno, ser también…. Yo por ahí me tocó irme, ¿no? Pero también es lindo… Hay gente por ahí en Paraná que se quedó y está desde hace muchos años y son referentes del club. Entonces, también creo que es lindo, o sea, ser referente de tus clubes, porque te quedaste acá y jugás hace 20 años en la Primera, y creo que también es súper valorable. Y después van en el sueño de cada uno, en el esfuerzo que haga y las posibilidades que pueda llegar a tener para seguir creciendo, tanto -como te digo- ser referente en el seleccionado de la provincia o llegar a niveles nacionales a representar a Argentina. Eso dependerá de cada uno y de las posibilidades, pero las posibilidades también, obviamente, y el esfuerzo. De mi parte siempre poder acompañarlos. Yo entreno a las arqueras, por ahí les puedo dar mi experiencia y contarles -así como te digo- que acompaño en lo que puedo a otras chicas que han tenido esta posibilidad de ir a competencias regionales o nacionales, ¿no? Siempre dispuesta a ayudarlas porque conozco a mucha gente del hockey… pero, nada… felicitarlas, cada una hace su camino y apoyarlas, tratar de apoyarlas en lo que se pueda, de ayudarlas. Desde la Federación ahí empujando un poquito para que las acompañe un poco más de lo que en su momento me pasó a mí”.
La lista de los olímpicos se completa con Horacio White (natación, Londres 1948); Alfredo Bourdillón (natación, Tokio 1964); Carlos Dalurzo (atletismo, Munich 1972); Pedro Díaz (natación, Roma 1960 y Tokio 1964), Gustavo Vasallo (esgrima, Canadá 1976); Jorge Comas (fútbol, Seúl 1988); Roberto Ayala (fútbol, Atenas 2004), Federico Aguilar (fórmula Kite, deporte de vela, París 2024).
Memoria Frágil: La historia olímpica que dejó un sello


