Por Alberto Rotman (*)

Hace cuatro meses un importante semanario provincial publica una nota de investigación periodística donde queda demostrado que el agua que se consume en un complejo turístico ubicado en la ciudad de María Grande y también el agua de red de esa ciudad, tiene un tenor elevado de arsénico que sería perjudicial a la salud.

Esto dio origen a dos pedidos de Informes al poder Ejecutivo presentados por nuestro bloque en la cámara de Diputados de la provincia hace cuatro meses, que todavía no fueron contestados.

Todos estos datos fueron corroborados por trabajo de nuestros asesores donde se constató en análisis físico químico del agua de ese Complejo Turístico realizados por el CONICET de Santa Fe, hace más de dos años, un valor 5 a 6 veces superior a lo que es considerado como normal por la OMS. Idéntico resultado se constató en el agua de red que consumen los habitantes de esa Ciudad.

Lo grave de esto es que el poder Ejecutivo de la Provincia tiene en su poder un expediente iniciado por el director del CORUFA en septiembre de 2017 donde pide que se expidan sobre el daño que puede provocar a la salud de las personas que ingieran esa agua con tenor elevado de Arsénico. A pesar que ya han pasado 2 años de este pedido ningún área del gobierno fue capaz de expedirse y menos tomar una resolución, a pesar que está en juego la salud de miles de Entrerrianos, especialmente los más humildes que no pueden pagar el agua que consumen de bidones que compran muchas familias de esa ciudad.

El agua de red, no solo de María Grande sino también de otras ciudades vecinas proviene del Acuífero Ituzaingó, por lo tanto, es muy probable que su población padezca el mismo problema.

El arsénico en el agua es un enemigo invisible, debido a es un contaminante de origen geológico, que no es detectado en el agua a simple vista, ni tampoco por el olfato o el gusto.

La OMS considera que concentración de arsénico en el agua de consumo no debe pasar de 0,01 mg/l, la ingesta de agua con concentraciones mayores a estos valores produce una enfermedad llamada Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE) que se caracteriza por presentar lesiones en la piel que evolucionan hasta afectar el funcionamiento hepático, renal y respiratorio. Además, está comprobado que el arsénico puede ser cancerígeno.

Es por la potencial gravedad de esta situación, que pone en riesgo la salud de miles de Entrerrianos insto a las Áreas del Poder Ejecutivo que corresponde, dar solución a esta seria anomalía, además es su deber contestar los sendos Pedidos de Informes que realizamos para saber fehacientemente a qué atenernos.

De no ser así acudiremos a Acceso a la Información Pública para que se nos informe lo que solicitamos, debido a que es nuestra obligación legislar para el bien común, como también, el Poder Ejecutivo tiene la obligación informar los actos de gobierno.

Muchas veces escuchamos hablar a los funcionarios de la importancia de cuidar el planeta. Pues bien, es hora de empezar por casa.

(*) Alberto Rotman es diputado provincial por Cambiemos.