Sección

Angustia por llegar

Cuarentena

La vida en el encierro.

Por J.C.E. (*)

El título y  posterior desarrollo refieren a la angustia demasiado generalizada por llegar al final de la historia que nos toca vivir y ha cambiado la cotidianidad de lo que considerábamos la vida normal.

Respecto de vida normal, digamos que era la vida que conocíamos y a la que teníamos acceso. No había opciones, era esa vida sin posibilidades de optar por otro modelo.

Ahora el modelo se instaló como convidado de piedra entre nosotros y pasea a sus anchas su impunidad de destrucción y muerte por delante de los todavía sorprendidos y temerosos mortales.

Nada puede contra la sentencia de destrucción y muerte que ha instalado su guarida entre nosotros. Erradicarla demandará tiempo, paciencia y claras convicciones. Abandonar los cauces y sobrepasar los límites será a todas luces contraproducente.

Todo, o al menos mucho, hace pensar que los entrerrianos hemos sido, aún dentro de nuestra rebeldía, bastante ordenados y cumplidores  de las disposiciones emanadas del gobierno nacional y de sus correlatos en provincias y municipios.

Manejar la angustia, más que para un escriba, es tema para psicólogos, pero en este entrecruzamiento permanente de posiciones encontradas, las fórmulas varían y los resultados otro tanto, pero si de algo estamos seguros es de que no podemos por urgencias que serán  más o menos atendibles, perder de vista el árbol y perder de vista el bosque.

No debe la angustia de pocos –o muchos-, poner en peligro los logros que en términos de salud estamos obteniendo, aún sin haber dado con la fórmula científica que nos acerque a una solución necesaria y esperada.  

Estamos, con lo poco que tenemos, enfrentando una pandemia de límites desconocidos. El recurso humano está jugando un papel decisivo en esta pelea desigual donde sólo el que gana se queda con la vida. Lo demás es sólo muerte y desolación.

Así las cosas, la idea es manejar –solos o con ayuda- la angustia que nos perturba y ordenarnos mientras el terreno que poco a poco cede la pandemia es vida que poco a poco ganamos los que también angustiados, no permitimos –y no es fácil- que la desazón nos gane la partida.

(*) Especial para ANALISIS.

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