Por Gracia Jaroslavsky (*)
A 20 años de la inauguración del enlace vial entre Rosario y Victoria, la diputada provincial Gracia Jaroslavsky (UCR) hizo un repaso por la historia y los personajes que dieron origen a la construcción de esta obra estratégica. “Cuando los consensos y la mirada a largo plazo priman por sobre la especulación chiquita y la grieta egoísta, se logran cosas importantes”, destacó.
“Hay que unir Victoria con Rosario, Carlos”, le dijo Jaroslavsky a Menem. Los gobiernos de Entre Ríos y Santa Fe, conducidos por Jorge Busti y Jorge Obeid, tenían la decisión de avanzar con la unión de Victoria y Rosario. Fue durante el período 1995-1999, pero había que convencer al entonces presidente Carlos Menen, ya que el financiamiento de Nación era clave para que la megaobra se pudiera llevar adelante.
Fue en ese contexto que la inagotable persuasión de César Jaroslavsky contribuyó a lograr que Menem se involucrase con el avance de una obra gigantesca, un sueño de unión, una transformación geopolítica que nos ubicaría en el corazón del Mercosur. Un sueño y una apuesta enorme y riesgosa.
Después de muchas marchas, contramarchas, y licitaciones fallidas, el 24 de septiembre de 1998 finalmente comenzaron las obras.
Desde 1996 y durante mi gestión como intendenta -hasta el 10 de diciembre de 2000-, en la ciudad de Victoria se tuvieron que reconfigurar muchas cuestiones que habían sido abordadas con cierta ligereza. Si no se avanzaba en ciertos cambios, hubiera habido grandes inconvenientes a futuro, de compleja y costosa remediación.
En este sentido, luego de numerosas asambleas de vecinos y el análisis de muchas propuestas, definimos que la cabecera del puente se construya en el mejor lugar posible. Tomamos la decisión política y se tradujo en criterios técnicos de trabajo para todas las modificaciones que se estimaran necesarias, sin escatimar en lo complicado de las soluciones y entendiendo que ese era el momento y la oportunidad para plantear y conseguir la mejor solución a los infinitos problemas que se sucederían con la obra finalizada.
Quiero destacar en este marco el trabajo realizado por quien fuera el secretario de Planeamiento en mi gestión como intendenta, el Arquitecto Juan Carlos Gonzálvez, quien trabajó en todo el diseño de la zona, incluida la variante de la ruta 11 que debía llevar el tráfico por fuera de la ciudad, a los empalmes hacia Nogoyá y Gualeguay.
Hoy estas obras tienen nombre: Variante de la Ruta 11 (aunque nunca se construyó el tramo entre la ruta 26 y la 11 - Gualeguay); Nexo de la cabecera y la Variante; Puente sobre calle Ezpeleta; y Boulevard Esteban Loné, una arteria esencial para la nueva circulación de la ciudad.
Durante mi labor como diputada nacional logré incluir el financiamiento de la obra incorporándola al presupuesto nacional. Fue determinante el apoyo de quien presidía la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, Jorge Matzkin (PJ), quien también tuvo un rol central en la ejecución del proyecto durante su desempeño como Ministro del Interior de Duhalde.
En aquellos años tuve la posibilidad de gestionar con éxito obras clave para Victoria y esto fue posible gracias al recorrido de mi padre -un pionero en la construcción de consensos- y a muchísimos dirigentes peronistas que también entendían al diálogo como materia indispensable de la cosa pública.
Desde que el proyecto de la construcción del puente empezó a asomar hasta su inauguración, en mayo de 2003, fueron múltiples los obstáculos que hubo que sortear.
Han pasado muchos años y hoy quiero agradecer a algunos de los muchos que trabajaron para la concreción de la conexión vial Victoria-Rosario, al menos a aquellos que atendieron mis pedidos y reclamos incesantes: primero a mi padre, César Jaroslavsky, que me abrió todas las puertas; también al presidente Carlos Menem, que siempre me recibió con muchísimo afecto; a Nicolás Gallo (UCR), Ministro de infraestructura del Gobierno de De la Rúa, por su infinita paciencia; al presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Eduardo Camaño (PJ); a Jorge Matzkin (PJ) en su rol de diputado y luego de ministro; al entonces presidente Eduardo Duhalde y a su esposa “Chiche”, quienes me recibieron en dos oportunidades; al gobernador Sergio Montiel, quien a pesar de que su proyecto de vinculación con Santa Fe era otro, desde que asumí la intendencia puso a disposición los equipos técnicos de su gobierno desde la Secretaría de Obras Públicas de la Provincia.
Fue una gran tarea de colaboración que incluyó también el Grupo de Trabajo Rosario-Victoria y la permanente presencia de la Municipalidad de Victoria a través de la Secretaría de Planeamiento, a cargo del arquitecto Juan Carlos Gonzálvez.
Todos ellos me escucharon, me acompañaron sin distinciones partidarias y cada uno -desde su lugar- hizo posible la construcción de esta obra consolidada como eje de la ruta del Mercosur.
Hoy, a 20 años, parece que siempre estuvo allí, sin embargo hubo un enorme esfuerzo mancomunado de muchos actores para que sea posible.
Eso nos debe enseñar que cuando la política prioriza los intereses comunes, las obras transforman y se desarrollan en beneficio de todos.
(*) Diputada provincial por la UCR.