Por Miguel Bonasso (*)

Como ciudadano repudio en su totalidad la Ley Omnibus, que Milei nos quiere imponer de manera dictatorial. Con artículos anticonstitucionales e intragables, como la prohibición de que más de tres ciudadanos se reúnan en la calle sin permiso de las autoridades, por poner un ejemplo . Pero como ex diputado nacional y autor de las leyes de Bosques y de Glaciares, repudio totalmente, por antipatrióticas e inmorales, las reformas que pretende hacerle a dos normas fundamentales para el cuidado del medio ambiente.

El proyecto de este sujeto consiste en modificar el artículo 26 de la ley 26.331 -de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos- que establece la diferente jerarquización de las zonas boscosas en el territorio nacional. En las áreas calificadas como “verdes” se admite cualquier tipo de desmonte, porque en general estamos frente a zonas con escasas especies valiosas; en las amarillas, en cambio, no se autorizan los desmontes sin un informe ambiental previo y la opinión masiva de los productores de la zona; en la roja, está absolutamente prohibido deforestar. En buena medida porque se trata de áreas boscosas de ricas y escasas especies nativas.

La Libertad (de destruir) Avanza también sobre otro recurso natural estratégico: los glaciares. Para ese propósito nefasto pretende cambiar los artículos 1 y 2 de la Ley 26,639 que protege los glaciares. Los glaciares no son solamente imponentes bellezas naturales que favorecen el turismo, sino una fuente decisiva de agua potable para todo el territorio nacional.

Y producirá un daño gigantesco si las organizaciones ambientalistas no salen a pararle la mano. Pero ya, porque los daños pueden ser incalculables e irreversibles. Es cierto que este señor ganó las elecciones, pero eso no lo autoriza a destruir dos recursos naturales esenciales para la vida humana: el aire y el agua.

(*) Publicado en su cuenta personal de Facebook.