Por Hugo Pais (*)

No hace más de un mes, mi libro”Educar para la no violencia – Formar para la paz y la convivencia”, comenzó a circular, fruto de mi trabajo de investigación, no subvencionado por nadie, simplemente de la pasión de un educador, que siempre sostuvo, que la “buena educación” es la que transforma, libera, y provoca buenos hábitos, valores y virtudes y no quedo en teorías, porque tengo muestras concretas desde mi querida Escuela Secundaria y Superior del Centenario de Paraná.

Con sinceridad veo con dolor, como se expande la violencia, desde los más altos estrados de la sociedad, y se naturaliza la grosería, los insultos, la agresión verbal y física.

No desconozco una realidad que abruma, recupero a gente con capacidad de diálogo, de encuentro, de cercanía, buenas personas dispuestas a contribuir en la formación para la paz, el servicio, la entrega.

Años de investigación, en el tema, incluido el bullying, me han obligado a poner las palabras en ese texto, palabras nacidas del encuentro con educadores, educandos y quienes han sufrido las consecuencias de ello. Que quede claro la violencia NO EDUCA

Leo cotidianamente en los medios, la violencia de todas formas, la golpiza a docentes, la falta de respeto y de reconocimiento a la responsabilidad que tiene un educador de ser claro, firme y directo con sus estudiantes y sus padres, sin que ello genere derecho a la violencia por parte de alguno.

Creo firmemente, en la necesidad de dejar de lado, especulaciones en la dirigencia, en las casas de formación docentes, dilatar decisiones y ocuparse de una vez por toda, de formar para la convivencia, que implica, el respeto por el otro, que es siempre una persona, mi hermano, otro yo. No podemos seguir soportando el femicidio, la desvalorización de la vida, el resolver todo matando, y el matarse con droga como sucede en la gente joven.

Ocupa mi mente, los niveles de suicidio juvenil, me dice, de la falta de escucha, acompañamiento, de tantos adolescentes, que toman por sus manos el camino del fin, cuando es tan bella la existencia y el poder compartir, y si no tengo, buscar auxilio y compañía, que la existe, solo pienso en algunas organizaciones de nuestro medio: “Suma de voluntades”, “Casa Lázaro”, “Un Cielo Nuevo”, “El Hogar de Cristo”, y otros, que están al servicio gratis de quien sufre.

Este libro del cual les comento, me ha emocionado, una y otra vez, comprobar como quienes lo leen, encuentran el camino del valor de la escucha activa, y los educadores, como reconocen medios, formas y modos, de mejorar el encuentro con los estudiantes y la familia.

Invito, a retomar el encuentro y me ofrezco a trabajarlo junto a docentes de todos los niveles, donde y cuando lo deseen, debemos los ciudadanos romper el círculo de la violencia.

(*) Docente. Ex Rector de la Escuela Media y Superior Nº 93 Del Centenario – Investigador en temas educativos