Una camioneta atropelló a un ciclista en el Acceso Norte de Paraná y su conductor se dio a la fuga: dejó a su suerte, tirado en la banquina, a Ismael Montero, de 18 años. La suerte le llegó por una mujer que transitaba por el lugar, lo vio y pidió auxilio. Ahora el joven pelea por su vida en el hospital San Martín. La Policía busca al responsable del siniestro vial y piden colaboración a quienes puedan aportar datos.

En las últimas horas, secuestraron en Crespo la camioneta Amarok que chocó a Ismael Montero en el Acceso Norte de Paraná, según pudo confirmar Ahora. Se trata del caso del joven scout de San Benito, que está internado en Terapia Intensiva en el Hospital San Martín, luego de que fuera colisionara mientras volvía en bici de su trabajo. El conductor se fugó y lo dejó abandonado al lado del camino.

Según se informó, la camioneta tenía roturas en su parte delantera y, al momento del hallazgo, era conducida por una mujer de 54 años.

El hecho

Según se informó a Uno, el llamado recibido por la comisaría séptima para acudir al lugar del hecho fue a la 1.50 de la madrugada de ayer, pero no se cuenta aún con precisiones del momento en que se produjo el impacto. Aunque consideran que no debe haber sido mucho tiempo antes ya que se trata de una zona muy transitada.

Fue sobre la mano que va hacia el este (saliendo de Paraná) de la autovía, a 70 metros de la intersección con calle Londero y de la estación de servicios Shell, más precisamente sobre la curva previa. En minutos llegó la Policía y una ambulancia, y en seguida el personal de la División Accidentología Vial de Criminalística, para realizar las pericias y levantamiento de rastros.

El ciclista estaba en la banquina sur de la autovía, lejos del asfalto (en el sector denominado préstamo, entre el alambrado y el borde de la banquina), y la bicicleta evidenciaba que el choque había sido desde atrás.

Sobre la ruta quedaron restos del vehículo que lo embistió y así pudieron determinar el tipo: el espejo retrovisor derecho que fue arrancado por el impacto, permitió saber que se trató de una camioneta VW Amarok blanca, y por el diseño de la pintura del mismo se pudo saber que es del modelo Highline (la mejor equipada y más costosa).

Además, se encontró en el lugar restos de vidrios de la óptica derecha, dañada en la colisión al joven.

El personal de Accidentología Vial y la comisaría, con el fiscal Martín Abrahan, se encuentran abocados a la búsqueda e identificación de la camioneta y su conductor.

Para ello se han revisado cámaras de los puestos camineros de Viale y Cerrito, de las rutas 18 y 12, así como de comercios de las inmediaciones del lugar del hecho, pero el vehículo aún no fue detectado. Se recibieron algunos llamados por los cuales se chequearon los datos aportados, pero se referían a otras camionetas.

Volvía de trabajar

Ayer por la tarde, Viviana Roskopf, tía de Ismael, contó: “Él salía de trabajar en bicicleta, iba por el Acceso Norte, frente a la Shell. Según lo que dicen, una camioneta blanca lo arrolló, nadie vio nada, pero quedaron los pedazos de la camioneta en la ruta. Y él estuvo ahí hasta la 1 y media de la madrugada que lo encontró una señora. Vio la luz del celular, se acercó, atendió y era mi hermana que lo estaban buscando hacía rato. Mucho tiempo estuvo tirado ahí. Ahora está estable, evoluciona bien, pero seguimos esperando”.

Acerca de las lesiones que presenta su sobrino, según el parte médico, la mujer explicó, esperanzada pero con cautela: “Tiene un trauma en la cabeza, el fémur roto y la pelvis, y tiene un pulmón perforado que ya lo solucionaron. Lo de la cabeza están esperando y viendo cómo evoluciona. Está consciente, uno puede hablarlo un poquito pero responde como muy dormido, pero evoluciona bastante bien. Vamos a ver qué pasa”.

Además, Viviana contó que su sobrino Ismael “iba hacia Colonia Avellaneda y entraba para el lado de El Brete para ir a San Benito. Él es estudiante y por las vacaciones estaba trabajando ahí en los puestos de la feria”.

Ismael, quien se encuentra internado en Terapia Intensiva del nosocomio, es integrante del Grupo Scoutt de San Benito, y estaba vendiendo artesanías en la feria ubicada durante el receso invernal en la Costanera de Paraná.

Hasta ahora no hay testigos presenciales, por lo que desde la Policía solicitaron información a aquellos que hayan visto alguna camioneta VW Amarok blanca sin el espejo retrovisor derecho y con la óptica delantera derecha interna dañada. Quienes tengan algún dato que aportar, deben comunicarse al 911 o a la comisaría de su jurisdicción.

Chocar, escapar y abandonar

Este año se han registrado varios siniestros viales, algunos de ellos graves o fatales, en los cuales los conductores que los ocasionaron se dieron a la fuga. Puede tratarse de una casualidad o de una conducta en la que confluye la imprudencia con el abandono a su suerte de una persona herida, agonizante o muerta.

Por ejemplo, el 10 de marzo en Concordia, se produjo un choque en el que murió una mujer de 32 años que iba en una moto. El auto que la colisionó circulaba a alta velocidad y tras embestirla se dio a la fuga. El conductor se entregó unas horas después ante la Policía.

Hubo, en pocas semanas, dos fatalidades más con la fuga de los conductores. Una sucedió el sábado 9 de marzo, en la ruta provincial 130, cerca de Villa Elisa, donde un automovilista atropelló a un ciclista que falleció en el acto. El conductor fue interceptado cerca de Villaguay y detenido.

El 14 de febrero, un joven de 26 años iba en moto, cayó y fue atropellado por un vehículo en la ruta nacional 18, cerca de San Benito. El motociclista Iván Taborda murió en el lugar, y el conductor del otro vehículo huyó, y hasta hoy no ha sido identificado.

Un caso emblemático de choques y huidas es el de Yamila Rueda, la joven que murió tras ser atropellada por un auto el 18 de octubre de 2009. A las 6.30, cuatro jóvenes iban caminando por el Acceso Norte y fueron atropellados por un Renault 9 conducido por Cristian Aguilar. Más adelante, el auto detuvo la marcha para sacar el parabrisas destrozado por el impacto y el hombre se fue a su casa. El hombre se entregó en la Policía a la tarde. Fue condenado a tres años y cuatro meses de prisión efectiva por el Homicidio culposo de la joven de 17 años, en concurso ideal con Lesiones culposas en perjuicio de los otros tres amigos, y en concurso real con Abandono de persona en grado de tentativa.