A sus 87 años y tras haber vivido una relación de amistad con la familia Etchevehere, el abogado penalista de Paraná, Marciano Martínez, analizó el conflicto suscitado por estos días por la propiedad de un campo en La Paz.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Martínez recordó su extensa relación con la familia Etchevehere: “Empecé a trabajar en El Diario a los 15 años como corrector y era amigo de los mellizos Etchevehere, (Luis Félix) Zahorí y de (Ivar Julio) Raucho, en la escuela primaria, en segundo grado de la Escuela Centenario”. Agregó que “en la última época integré el directorio en representación de “Raucho” Etchevehere y junto con él”.

En cuanto al conflicto suscitado por estos días, comentó: “Lo sigo como una persona más, no tengo intervención directa, aunque la tuve alguna vez porque tuve mucha vinculación con los campos de los Etchevehere porque tuve una función muy importante: les adjudiqué los campos a los tres hermanos Etchevehere: Luis Félix, Arturo y Raucho”. “Por iniciativa de Raucho ellos aceptaron que yo fuera la persona que estudiara los campos que tenían, que eran muchos, y los adjudicara a cada uno de ellos. Fue una operación muy difícil porque tenía que saber los intereses, las cualidades del campo y los valores de los campos. Eso me llevó poco más de un año, ellos aceptaron y me sentí muy bien porque había logrado algo muy difícil en una familia que es la división de los campos”, sentenció.

También comentó que luego fue “abogado de Luis Miguel por un problema en el campo, fui abogado de Zahorí por este campo que está en problemas ahora”.

“Me resulta difícil aceptar esta situación, que un problema de relaciones familiares se haya utilizado políticamente. La presencia de determinadas personas, fundamentalmente de (Juan) Grabois y de algunos dirigentes políticos nacionales le da un carácter que supongo que inicialmente no habrá tenido. Esto me preocupa”, afirmó el abogado.

Y agregó: “También me preocupa la intervención de un juez subrogante que dice que no es especialista en derecho penal; eso es la confesión de un juez que no sabe de derecho. Esto son cosas que pueden ocurrir ahora pero antes era inimaginable que un juez dijera que no conoce una rama del derecho. Es increíble que esto ocurra”.

Explicitó al respecto que “esto es un tema ya politizado con un slogan de reforma agraria que es del siglo pasado. Si alguien hizo reforma agraria en Entre Ríos fue don Luis Etchevehere, el bisabuelo de Luis Miguel, quien con su ministro de Agricultura repartió tierras fiscales, o compraban y repartían los campos en lotes de alrededor de 90 a 100 hectáreas, lo que después provoco la pobreza de la gente porque esa gente tuvo muchos hijos y no se podían dividir esas hectáreas y la solución era vender o aplicar el mayorazgo, es decir que el mayor se hacía cardo de la tierra”.

Analizó que “hoy la actividad agropecuaria es empresaria, hay que invertir gran capital en maquinaria, en semillas, en animales, en pastaje; está la incorporación de la tecnología y de la ciencia en el campo. Antes era imposible pensar en un ingeniero agrónomo o médico veterinario, y ahora están incorporados a las empresas. Hoy hablar de darles campos a las personas que trabajan es casi negar la existencia de la tecnología, y hay hasta robots para hacer determinadas cosas. Hemos cambiado totalmente”.

“Acá hay un proceso de perturbación, les interesa perturbar, esto molesta al gobierno nacional porque crea una oposición de uno de los sectores más productivos del país, y hay que dar políticas justas y consensuadas. Estamos viviendo una etapa muy difícil del país desde todo punto de vista: institucional, económico, social; hay una pobreza inusitada y una situación económica nacional muy difícil, hay problemas de enfrentamientos políticos cada vez más duros y estamos jugando a las asambleas universitarias. Hay que pensar que existe un país en el que hay más de 40 millones de habitantes que necesitamos vivir en paz y construir, que queremos el desarrollo. Me preocupa todo esto, me perturba, más cuando estoy en la última etapa de la vida”, reflexionó.  

Consultado por el reclamo de Dolores Etchevehere sobre su herencia, Marciano Martínez planteó: “Conviví con los Etchevehere por 10 años y a esta hija de Zahorí no la conozco, nunca la vi. Se fue muy joven, es de esas personas que se separan de la familia. Es todo suposición, pero muchas veces hay una organización familiar y hay alguien que no la integra puede ser por la convivencia. La familia es un factor de cohesión muy grande y acá se ve que no existe eso”.

“No puedo hablar del tema porque nunca la vi, nunca la conocí, nunca hablé, y algunas veces era como que no existía. En El Diario estuve por 50 o 60 años, y no puedo hablar de quien no conozco ni de problemas técnicos de sociedades. Lo único que puedo decir es que la familia Etchevehere siempre quiso tener los papeles bien arreglados; no creo que esto sea una improvisación, son empresas en plena actividad y son gente que ha progresado mucho y ha participado activamente, como Luis Miguel que pasó de ser rematador de Etchevehere Rural a presidente de la Sociedad Rural”, señaló.

A la hora de vaticinar el fin del conflicto, el abogado señaló: “Espero que termine bien, espero que se termina en la Justicia, porque la Justicia está para resolver” y contó: “Hace poco tuve un tema de usurpación pero me fui a la Justicia Civil porque la Justicia Penal, salvo el Ministerio Público Fiscal que tiene una conducción férrea, con la que se puede estar de acuerdo o no pero es un organismo vivo que tiene actividad, pensamiento y una política criminal muy clara”.

“Cuando los fiscales dicen algo es porque el equipo y la fuerza del Ministerio Público Fiscal lo sostienen, y esto es bueno para el Ministerio Público Fiscal. Los jueces tienen individualidad y horizontalidad, pero no podemos dar la idea de que los jueces han leído un tomo y al resto no lo saben. Eso me aflige mucho. Espero que se termine y haya solución, porque necesitamos convivencia, escucharnos, hablar, no puede ser que el país zozobre teniendo todas las posibilidades del capital humano, de capital intelectual; pero dejemos actuar a la gente por su sabiduría y su honestidad”, concluyó.