De ANÁLISIS
La localidad de Santa Elena está ubicada en el departamento La Paz, al Noroeste de la provincia de Entre Ríos, sobre una margen del río Paraná. Es una ciudad que quedó marcada por lo que en otros tiempos fue el funcionamiento de un mítico frigorífico de carne vacuna, promesa de prosperidad y ascenso social que quedó trunca, suspendida en el tiempo.
En 1871, Santa Elena tenía 500 habitantes. Con la instalación de la fábrica de carne, en 1910 el pueblo pasó a alojar 3.000 personas. Un crecimiento poblacional veloz en apenas cuatro décadas.
El frigorífico perteneció a distintas firmas, pasó de capitales privados nacionales a ingleses. Y, desde la reanudación democrática después de la última dictadura, fue estatizado por el exgobernador Sergio Montiel. Pocos años después, con la oleada neoliberal, la planta volvió a manos privadas.
En uno de los numerosos episodios del programa Memoria Frágil (Canal 9 Litoral), emitido el 18 de enero de 2022, se recordó que tanto radicales como justicialistas que gobernaron esta provincia “lo utilizaron como una fuente laboral de importancia, pero también como una herramienta política para financiar campañas o evadir lo establecido por la Ley de Contabilidad de la provincia”. En efecto, en aquel informe periodístico se recuerdan las denuncias que hizo el exgobernador Jorge Busti por manejos poco claros de la empresa durante la gestión que lo precedió y que comandó Montiel. “Pese a todo, la planta industrial con 2000 trabajadores seguía siendo la quinta empresa importadora del país, la segunda exportadora de carne y la primera exportadora de capital nacional”, se precisó.
La última privatización del frigorífico dejó demasiados puntos oscuros sobre la administración de la fábrica. Los empresarios consiguieron préstamos millonarios en dólares que nunca devolvieron. El frigorífico comenzó a suspender la actividad y a desvincular trabajadores: el inicio de una debacle. Desde entonces, Santa Elena no ha parado de perder.
Y esa situación crítica quedó de manifiesto en un documento a cargo del técnico y profesor Héctor Ariel Juárez, coordinador de la sede Santa Elena de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader).
El informe al que accedió ANÁLISIS es lapidario respecto de la situación social de la localidad. Y puntualiza sobre datos concretos. “En Santa Elena se han generado casi 3.000 nuevos pobres y según datos del censo 2022 se necesitan al menos 900 viviendas: avanza la pobreza, el desempleo y la falta de oportunidades”, se sintetiza como introducción. “Santa Elena tiene 20.470 habitantes. Se caracteriza por la promoción del turismo y el desarrollo local. No obstante, el decrecimiento económico y la pobreza se han profundizado notablemente en los últimos años”.
El documento refiere a la “escasa actividad industrial, el desempleo y el aumento de pobreza estructural con falta de oportunidades, son los desafíos más atenuantes en la última década. Por otro lado, la ciudad intenta impulsar un Turismo que es abastecido en más de un 95% por los propios familiares de los santaelenenses que regresan a visitar la ciudad desde Casilda (SF), Pérez Millán (BA) y Paraná (ER) entre otras localidades, en períodos de vacaciones y fines de semanas largos”.
Menor crecimiento que el resto
“El Censo 2022 ha demostrado que Santa Elena es una de las principales poblaciones del Departamento que menos ha crecido, con tan solo un 14,5% respecto a 2010, haciendo un incremento de 2.587 habitantes. Por otra parte, el promedio habitacional del Departamento La Paz es de 2,88 personas por vivienda, acrecentando la necesidad habitacional local a 898 hogares con ésta carencia en infraestructura, donde al día de la fecha se ha registrado en la última década solamente la entrega de 50 viviendas de un barrio docente y otras 26 casas otorgadas sin terminarse la construcción, estas últimas debido al ingreso prematuro de sus ocupantes por el temor de quedarse sin su residencia”, se plantea en el informe técnico.
Más adelante, en un ítem llamado “Industria y Empleo”, se cuenta que “si bien, entre la década del 80 y 90, el frigorífico llegó a contar con más de 2.000 obreros registrados, hoy continúa sin actividad productiva alguna. Por otra parte, la Granja Tres Arroyos es la única empresa privada de renombre que se encuentra en funcionamiento, dando empleo a alrededor del 1% de la población de Santa Elena en promedio”.
“En cuanto a la actividad industrial, según datos de la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER), la relación población/industria es inexistente en Santa Elena, por existir un Área Industrial registrada en 2021 pero sin actividad industrial alguna, mientras que el Parque Industrial de La Paz es de 0,20% su actividad en relación con la población, siendo este dato el más bajo de la provincia”.
Se señaló en este sentido que “la creación del Parque Industrial de Santa Elena, fue anunciado hace más de dos décadas y recién se incorporó en el Registro Nacional de Parques Industriales en el 2021, con el código RL- 89708301 y una superficie de 42 hectáreas, según datos nacionales”.
Además se puso el foco sobre un aporte que recibió el municipio para acondicionar un espacio pensado para las industrias. “El pasado mes de octubre, la Municipalidad de Santa Elena anunció que recibió un aporte económico de $170.000.000 desde la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación, para dejar en condiciones 24 lotes distribuidos en 15 de las 42 hectáreas de terreno, donde la primera etapa comprendía limpieza del terreno, cerco perimetral, apertura y enripiado de calles, red interna de agua potable, red eléctrica y sector de servicios comunes. A casi un año de la recepción del aporte, solo está limpio el terreno con la marcación de calles y la colocación de algunos postes para el cerco perimetral”.
Pobreza y desocupación
El documento elaborado por el profesor de Uader marca también el aumento de la pobreza a nivel país y el impacto en Santa Elena. “En Argentina la pobreza alcanzó al 55,56% (UCA) en contraste con el año 2023 que finalizó con un 41,7% según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (Indec)”. “En Santa Elena la población se encuentre en una situación muy difícil y angustiante por dicho incremento, ya que dicho aumento afecta a más de 2.800 ciudadanos que son categorizados como nuevos pobres”, se indicó.
Por otra parte, “la pobreza cada vez más arraigada en la ciudad, carece de oportunidades por la falta de empleo tanto formal como informal, donde la actividad laboral principal es en su amplia mayoría una dependencia del sector público y de los comercios existentes”.
“Asimismo, la pobreza de Santa Elena es casi sin oportunidades en contraste con la de grandes ciudades que poseen una actividad laboral más diversa, variada y rentable, donde esta última es generadora de empleo informal en la construcción, la limpieza y otras actividades de menor duración pero de mayor requerimiento de mano de obra poco especializada. Cabe mencionar que, gran parte de los ciudadanos de Santa Elena entre la edad de 18 a 40 años, emigran a otras localidades en busca de empleo formal y son las ciudades de Paraná (ER), Hernandarias (ER), Casilda (SF) y Pérez Millán (BS) las que reciben una gran cantidad de santaelenenses”.
Por último, la educación es un punto crucial para el desarrollo. “La formación profesional pública existente, está vinculada y limitada solamente a la formación docente, turística, informática y avícola, donde la mayoría de los egresados se insertan en un mercado laboral fuera de la localidad, ya que el registro de empleo profesional para todas las especializaciones se encuentra agotado por la poca actividad laboral existente, tanto del sector público como del privado”.
Como conclusión, el docente sostuvo: “La falta de pragmatismo desde el Área de Desarrollo Social municipal, el incremento de la pobreza y la indigencia sin oportunidades en los últimos meses, hacen que la situación sea alarmante y preocupante, donde aún no hay un enfoque claro para frenar este proceso desde lo institucional. Por otro lado, la falta de empleo, la necesidad de viviendas, el decrecimiento demográfico en contraste con el resto de las ciudades vecinas y la carencia de oportunidades laborales, hacen de Santa Elena un lugar muy peligroso para las futuras generaciones”.