Ramona Medina tenía 42 años y era paciente diabética, insulino-dependiente. Vivía junto a otras seis personas en situación de riesgo en una misma casa de la Villa 31.
En una conferencia de prensa, los abogados del exgobernador condenado por corrupción hablaron de "irregularidades" en el proceso judicial y cuestionaron el trabajo de investigación periodística de ANÁLISIS.