El Lobo comenzó su partido con la certeza de que un triunfo suyo condenaría a Quilmes al descenso (a pesar de su triunfo ante San Lorenzo) y que, además, lo dejaría bien parado en su lucha mano a mano con Huracán, que tiene un punto más en el Promedio pero que tiene por delante dos partidos muy difíciles –el primero nada menos que ante el puntero Vélez. Pero las cosas salieron mal de entrada y si el Globo consigue un triunfo mañana lo mandará directo al Nacional B.
A los tres minutos, y tras una buena maniobra de Hugo Iriarte por la banda izquierda, Guillermo tuvo la primera para Gimnasia, pero su remate salió débil y desviado. El equipo del Indio Ortiz sufrió las mismas falencias que en los partidos anteriores: la falta de claridad de tres cuartos de cancha en adelante.
Y All Boys, con poco, pudo marcar la diferencia. A los 20 minutos, Monetti tapó un potente remate del uruguayo Rodríguez, pero a los 39’, Gigliotti no perdonó y abrió el marcador con un zurdazo cruzado.
En el segundo tiempo, con más espacios, el conjunto de Floresta comenzó a arrimarse con riesgo al área rival. La potencia de Gigliotti, la clase de Ortega y el oportunismo de Matos aparecían amenazantes ante una defensa que repitió las ingenuidades de toda la temporada. El ataque del Lobo, además, mostró constantes imprecisiones que facilitaron la tarea del rival.
El nerviosismo ganó terreno entre los Triperos, que recién tuvieron su primera llegada de peligro a los 39 minutos, con una individualidad de Ruiz que terminó con un remate cruzado. Las caras de los jugadores al final del partido lo decían todo: Gimnasia está complicado de verdad, y ahora tendrá que prenderse a la tele a esperar otros resultados le permitan al menos llegar al próximo fin de semana, ante Boca, con chances de quedarse en Primera.