Su colega Federico Muñoz observó que este freno en los ingresos convivió además con "un aumento en la salida de dólares en concepto de pagos de préstamos, dado que en el primer trimestre de 2013 hubo cancelaciones netas por unos 1500 millones de dólares". Pero no se mostró sorprendido por ello: "No es casual que el crédito externo tienta a cero y se gatillen las cancelaciones en las actuales circunstancias, es decir, en una economía que pone en marcha periódicamente nuevas restricciones cambiarias que hacen que aumenten las dudas sobre si un deudor podrá mantener el día de mañana acceso al mercado para cancelar esos pagos".

Ese temor ya no sólo afecta a los compromisos financieros. Parece extenderse además sobre los comerciales. Ya es sabido que el país debe pagar por adelantado los envíos de gas que llegan por barco para cubrir el déficit energético. Pero la consultora Delphos Investment observó además que "la participación de pagos al contado sobre el total de pagos realizados por importaciones ha crecido considerablemente en los últimos meses. Parte de la pérdida que se observa en el canal comercial deviene de que deben pagarse compras de mercadería financiadas en períodos previos, mientras se extienden las dificultades para lograr nuevos beneficios de este tipo".

La evolución de las reservas es examinada casi obsesivamente por los analistas que siguen la economía local. La experiencia reciente les demuestra que su persistente deterioro detonó en los últimos meses buena parte de las medidas que adoptó la administración Kirchner, jugada a la estrategia represiva para evitar la restricción externa y una devaluación mayor del peso.

La semana pasada concluyó con una nueva caída de 134 millones de dólares en el stock que administra el BCRA, pese a que el último mes la entidad intensificó sus compras de divisas en el mercado cambiario oficial, llegando a registrar ingresos de 177 millones de dólares el viernes 7. Incluso, en un nuevo intento por detener esa sangría, achicó de 500.000 a 300.000 dólares de hecho (es decir, sin norma que lo respalde) el monto máximo diario autorizado a comprar a quienes demuestren que deben pagar importaciones.

De esta manera, las reservas acumulan un retroceso de 11,2 por ciento (4823 millones de dólares) a poco de cerrarse el primer trimestre. Algo más de 1800 millones se perdieron en el transcurso del actual trimestre, el de mayor ingreso estacional de divisas al país por la liquidación de la campaña sojera.

"Las liquidaciones de los exportadores de aceites y oleaginosas superan en este segundo trimestre (con datos hasta el viernes 7) en 300 millones de dólares a las de similar período de 2012, y en 1500 millones de dólares a las de 2011. Esto quiere decir que, desde el punto de vista comercial, los "planetas" (clima, cantidades exportadas y precios internacionales) siguen alineados con la Argentina", apuntó la consultora AMF, en contra de la teoría conspirativa a la que parece apegarse el Gobierno.

De allí que cada vez se miren con más detenimiento los compromisos por cumplir. Y si bien la deuda externa de provincias y empresas es baja por donde se la mire (tanto nominalmente como medida con relación al PBI), se trata de pagos que empiezan a cobrar dimensión frente al deterioro de las reservas, toda vez que ni unos ni otros tienen forma de generar divisas para afrontarlos, ya que el monopolio de compra lo ejerce la Nación.

Los vencimientos de bonos provinciales y corporativos (incluyendo capital e intereses) en 2013 suman 1774 millones de dólares, apenas 24 por ciento del total de compromisos que tiene el país.

Se trata de pagos que, en circunstancias normales, no enfrentarían problemas para ser refinanciados. Pero en la Argentina del cepo eso se volvió una quimera. Hace 410 días que ninguna empresa argentina logra financiamiento en el exterior. O no le ofrecen fondos o lo hacen exigiéndole convalidar una tasa de interés 5,89 por ciento más alta que al promedio de empresas de países emergentes, según datos recogidos por Bloomberg y JP Morgan Chase, como mostró recientemente Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa). Esa empresa no pudo colocar deuda ni siquiera ofreciendo una tasa de 11,25 por ciento anual por un bono a 5 años, un rendimiento 99 por ciento más alto que títulos comparables a nivel global.

De allí que los analistas se vuelvan cada vez más meticulosos al examinar los vencimientos de deuda de estos sectores, sabiendo que, aunque se puedan enfrentar los compromisos del presente año sin problemas, de allí en adelante la capacidad de pago de la Argentina enfrentará un deterioro que se volverá crítico en 2015, cuando el país debería enfrentar pagos por algo más de 12.200 millones de dólares (frente a 7000 millones promedio de 2013/4), a menos que el blanqueo de divisas sea todo un éxito y obligue a rehacer los números.

Después de todo, las reservas, que representaban más del 15 por ciento del PBI en 2007, ahora apenas suponen el 7 por ciento (en 2001 eran el 9 por ciento) y, comparadas con las importaciones, en 2007 cubrían casi un año de compras al exterior y hoy, pese al comercio férreamente administrado, apenas llegan a seis meses, cuando aún persiste el default con el Club de París y la Justicia se apresta a definir la demanda de bonistas y fondos buitre que no aceptaron los canjes, publicó La Nación.