El terreno de juego se presentó con algunas complicaciones, muy blando y con el césped muy alto. A esto tuvieron que adaptarse los 22 jugadores en los primeros minutos, algo que no les costó mucho puesto que el inicio del encuentro tuvo mucho dinamismo y ambos equipos, con el mismo esquema (4-4-2), buscaron ser protagonistas.

Así llegaron rápidamente las opciones frente a los arcos. Primero la tuvo Cáceres para la visita, respondió Gómez para el local con dos mediavueltas y luego Patti no tuvo puntería para poner en ventaja al Mondonguero.

Fontana demostraba una buena tenencia y rotación del balón, buscando atacar principalmente por la banda derecha, donde Bogado le ganaba las espaldas a Patti. Al elenco paranaense le costaba hacerse del esférico, aunque lograba llegar con peligro cuando contragolpeaba y soltaba a los volantes externos.

Lover aparecía a cuentagotas y cuando la pelota le llegaba al conductor visitante era presionado por dos hombres inmediatamente. Por tal motivo, el entrenador modificó el esquema durante el desarrollo del juego, soltó al concordiense como enlace y mandó a Cabrera a la derecha del mediocampo.

El elenco chaqueño no era gran dominador, pero llegaba con claridad al arco de Vergara. Y en una de esas aproximaciones Fontana se puso en ventaja a través de Luis Gómez, su goleador, luego de que fuera asistido por Sundberg y que el centrodelantero empujara el balón con su mano (lo admitió luego del encuentro).

Pero el local pudo festejar demasiado ya que minutos después el Mondonguero encontró la igualdad. El cambio táctico que realizó el DT paranaense le vino como anillo al dedo a Lover, quien tuvo mayor protagonismo y movilidad. Y fue justamente el concordiense el que elaboró una muy buena jugada junto a Suárez y terminó estampando el 1 a 1.

Belgrano volvió al partido luego del gol. Adelantó sus líneas y buscó posicionarse en terreno rival. Suárez, al igual que toda la tarde, se encargó de luchar con los centrales locales y abrir la defensa.

Pero no pasó nada más en las áreas. Lo destacado en los minutos finales fue el golpe que Rodrigo Acosta se dio con su cabeza contra el tapial perimetral, por lo que debió salir obligadamente e ingresó Ciarroca.

El complemento

En el reinicio el trámite se presentó parejo, aunque Belgrano intentó plantarse más lejos de su arco y achicar la distancia entre sus líneas, pero siguió sufriendo cada vez que los atacantes locales entraban en contacto con el balón. Vergara salvó un mano a mano frente a Gómez y evitó un nuevo gol del Taninero. Minutos después, fue el guardameta chaqueño el que impidió que la visita se pusiera en ventaja.

El cotejo no era vistoso en cuanto al juego, pero tenía intensidad y emociones en ambas áreas por lo se mostraba atractivo para el público presente en la cancha. Pasado el cuarto de hora, Belgrano se vio obligado a realizar su segunda variante. Cardelino sintió una molestia en su isquiotibial derecho y no pudo continuar. Adentro Weisheim y a rearmar la defensa y mediocampo con Albornoz al lateral izquierdo, Ciarroca a la zaga y Suárez que bajó para oficiar como volante central.

Con este panorama, la idea de Belgrano cambió y pasó a jugar de contragolpe. Y consiguió sus réditos. Luego de un saque largo de Vergara el árbitro no cobró un claro penal sobre Cáceres.

Pero minutos después Lover demostró que la dirigencia hizo muy bien en traerlo en el receso previo a la segunda fase. Es que al ex Colegiales le llego la pelota en tres cuartos de cancha, vio adelantado al arquero y se la colocó por encima. El balón se clavó en un ángulo y el enganche Albiceleste salió festejando su segundo gol del encuentro.

La desventaja descolocó a los futbolistas locales, aunque increíblemente fueron los más experimentados los que perdieron los cabales. Primero fue Roberto Urbina el que vio la roja por una doble amarilla, y dos minutos después Gabriel Mosevich barrió a Weisheim sin pelota y recibió roja directa.

Con dos hombres más, Belgrano manejó los tiempos de un partido que se había presentado complicado. Los minutos fueron pasando, así como la desesperación de Fontana por encontrar la igualdad. Pero el juez marcó el pitazo final y la alegría fue toda Mondonguera, da cuenta El Diario.