Como se informó, Fornero y Arnedo se trasladaban desde la zona del Puerto Nuevo hacia barrio San Agustín, en un vehículo Suzuki Fun, cuando según el segundo, comenzaron a ser perseguidos por tres muchachos que viajaban en un Peugeot 306, después de un incidente generado en la circulación.
Arnedo, que declaró el martes, dijo que luego de un intercambio de reproches por cuestiones de tránsito, Fornero bajó del rodado y se acercó al Peugeot, y fue baleado por el joven que viajaba como acompañante (supuestamente Gómez, que en ese momento era menor de edad). Agregó que el chico que viajaba en el asiento trasero (Lencina, que también era menor en 2010) bajó del Peugeot y agredió a la víctima con un hierro. Y explicó que a él también le dispararon, pero que se salvó porque el joven armado erró los balazos.

El efecto de la propagación de los sonidos y el silencio habitual a esa hora de la mañana temprano, motivaron que los ruidos generados por los disturbios fueran escuchados por los abogados Marcelo Boeykens y María Aldana Sassia, que habitaban un departamento en el 7º piso. Ambos se asomaron para observar lo que ocurría abajo y dijeron haber visto a tres personas que se trenzaban en lucha. Mencionaron a un muchacho de contextura física grande, vestido con camisa blanca (presumiblemente Arnedo), peleando en el piso con otro de físico pequeño y remera violeta (sería Gómez), mientras que un tercero, también de baja estatura, aprovechaba el momento para golpear en la espalda al de camisa. La versión saca de la escena a Fernández, el único imputado que al momento del crimen era mayor de edad, destacó Jorge Leitner, abogado que junto a Iván Vernengo ejerce la defensa de ese procesado.

Otro abogado, el penalista Walter Rolandelli, que vivía por entonces en el 5º piso de ese edificio, relató que escuchó los disparos y dio algunos detalles que ya había brindado en la etapa de instrucción.

La Sala I de la Cámara del Crimen también escuchó ayer a Claudia Windeker y su esposo, Edgardo Demutti –otros vecinos del 7º piso de la torre–, que relataron que escucharon dos secuencias de disparos, bien diferenciadas.

Los testigos consideraron que los estampidos podrían haber procedido de dos armas diferentes, lo cual resultó llamativo, porque solamente se secuestró un revólver. Entre la primera y la segunda seguidilla de balazos, pasó un lapso importante, de varios segundos, indicaron los vecinos. El relato coincide, en parte, con la narración del sobreviviente Arnedo, que indicó que después de disparar contra Fornero, el joven que llevaba el revólver gatilló el arma apuntándole a él, pero sin puntería.

También declaró el policía Héctor Calfacante, uno de los funcionarios que recolectaron pruebas en el lugar del hecho, y Gustavo Rodríguez vecino de calle Moreno que prácticamente no aportó detalles de interés. Escuchó disparos e intentó abrir la persiana de la ventana de su casa, pero como primero debía desactivar la alarma, demoró demasiado y cuando salió ya observó a la Policía en el lugar, junto a los primeros curiosos que se agruparon en la esquina, publicó El Diario.