Respecto a la primera cuestión, las opiniones de los profesionales médicos no fueron coincidentes en asegurar que una persona puede sufrir un estado de conmoción, desmayo o pérdida de conciencia como consecuencia de un golpe como el que recibió Rivas aquella noche. El perito médico de la Policía, Maximiliano Sironsky, sostuvo que se trató de “una herida cortante” que “no puede generar desvanecimiento” y agregó que “nunca vi un desmayo como consecuencia de una herida tan leve”. También reconoció que la revisó “cinco minutos” el día del hecho y continuó con sus actividades en sección Pericias Médicas de la Policía. En el mismo sentido se pronunció su colega Juan Manuel Zuffiaurre, quien revisó a Rivas al día siguiente, cuando constató la herida calificándola como “cortante leve, simple, sin gran inflamación ni traumatismo severo”. Y agregó que en su opinión una herida así “no produce desmayo, es un corte”, consignó El Diario.
Herida leve
No fueron tan determinantes el perito del Superior Tribunal de Justicia, Luis Molteni, y el doctor Román Riso, quien estuvo en la Guardia de Urgencias del hospital aquella noche. El primero atendió a la imputada al otro día del hecho cuando constató que presentaba una “herida suturada con un capitón”, por lo que no pudo dar precisiones sobre las características de la misma. También opinó que la posibilidad de que Rivas haya sufrido un desmayo o pérdida de conocimiento por el golpe dependía de distintas variables como la contextura física del agresor y la víctima y la fuerza del golpe. Molteni agregó que una herida pequeña puede causar confusión o adormecimiento. Por su parte, Riso, quien atendió a la imputada y le suturó la herida, recordó que se trató de una “herida cortante, de tres o cuatro centímetros, que sangraba, que no presentaba hematomas, que no era contusa” y respecto a las consecuencias que le pudo causar a la imputada opinó que “no era una herida grande; el estado de desmayo pudo ser por el estado de shock”. Riso sostuvo que “desde el punto de vista médico legal era una herida leve”.
Rol
La otra cuestión a esclarecer en la tercera audiencia fue qué hizo Rivas cuando llegó a la puerta del hospital tras ingresar en contramano por calle Presidente Perón. Gloria Capri y Jonathan Small, ambos enfermeros del nosocomio que estuvieron esa noche, coincidieron en que no podrían determinar quién llamó a la puerta de la guardia, pero también coincidieron en que no fue la imputada y se inclinaron en pensar que fue un familiar de una de las tantas personas que estaban esperando ser atendidas. Capri manifestó que “alguien golpeó la puerta y dijo: abran que traen a un hombre descompuesto”. En cambio, Riso sostuvo que fue Rivas la que llamó. El médico recordó que la imputada “ingresó abruptamente a la guardia, la vi, y dijo mi marido está en el auto descompuesto, nos asaltaron”.
El cuidacoches Esteban Pérez relató que vio a la mujer ingresar en contramano y no llegó a preguntarle si quería que le cuidara el auto porque ingresó rápido al edificio, a los pocos minutos, no pudo precisar si fueron 20 segundos o cinco minutos, “bajó por las escaleras de ingreso en estado de shock y muy nerviosa y me contó que les habían robado y me decía que el marido estaba en el auto, ahí lo veo; cuando lo voy a ver un taxista me dice: Ruso no toques el auto porque está finado”. Pérez contó que Rivas ingresó en contramano pero lo hizo a baja velocidad y con las luces apagadas, lo que motivó que unos jóvenes que estaban en un drugstore le gritaran “entrá como vos quieras”.
Desde atrás
Otro punto de la audiencia en el que no se pudo arribar a una postura firme, fue el que tuvo que ver con determinar desde dónde le propinaron el golpe a Rivas. Los peritos y profesionales coincidieron, con más o menos énfasis, en que fue asestado desde atrás, aunque cuando fueron consultados por el presidente del Tribunal respecto a si lo aseguraban porque hubo condiciones objetivas para ello o si o hacían como resultado del análisis de algunas situaciones subjetivas, todos respondieron que eran conclusiones propias que no se asentaba en cuestiones concretas.
Todos los que tuvieron contacto con Rivas la noche del hecho en el hospital fueron coincidentes en señalar que preguntó en varias oportunidades por el estado de salud de su esposo. También en que tras el estado de shock en el que llegó, se retiró mejor.
Cuarto intermedio
La audiencia, que se celebra ante el Tribunal de la Sala II en la Cámara del Crimen, que integran had hoc Hugo Perotti, José María Chemez y Miguel Ángel Giorgio, continuará el lunes 17, desde las 8.30, con más testimoniales; oportunidad en que la Fiscalía, representada por la procuradora fiscal adjunta Cecilia Goyeneche y el fiscal de Cámara Rafael Cotorruelo; y la querella, en manos de Marcos Rodríguez Allende y Walter Rolandelli, podrán confrontar argumentos con los responsables de la defensa de Rivas, a cargo de Miguel Ángel Cullen y Guillermo Vartorelli.
Foto: El Diario.