De ANALISIS DIGITAL
Ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná, Zaccaría manifestó que en el Hospital Militar “había personas que no se registraban, porque estaban internados en forma ilegal o no correcta”. No obstante, se desvinculó de los hechos argumentando que él se limitaba a “recibir órdenes” y que su contacto con Negro y sus hijos fue por unos pocos minutos.
En tanto, Amelong se declaró inocente y apuntó contra Constanzo. En ese sentido, solicitó que se investiguen los cruces telefónicos de aquél con Navone. A su vez, deslizó que un problema de dinero que hubo entre Constanzo y Pascual Guerrieri es la causa de la “animosidad” con la que este es tratado.
La excusa de Constanzo
El ex integrante del grupo de tareas brindó detalles del operativo de traslado de Negro desde el centro clandestino de detención, donde estaba secuestrada en Santa Fe, hasta el Hospital Militar y de la suerte que corrieron sus hijos mellizos.
“Estaba citado Constanzo, pero nos ha llegado una notificación que por cuestiones médicas no estaría en condiciones de presentarse y se han pedido una serie de medidas, como la constatación de la salud y la imposibilidad de concurrir”, contó Franchi a El Once. En ese sentido, el letrado señaló: “Este miércoles veremos la defensa, la querella y la Fiscalía qué temperamento toman, considerando que si está en condiciones sería prudente que concurra a declarar”.
Los hechos
Raquel Negro fue detenida el 2 de enero de 1978 en Mar del Plata, junto a Sebastián Álvarez, su hijo, y Edgar Tulio Tucho Valenzuela, su pareja. En el momento en que la capturaron estaba embarazada de siete meses. La trasladaron al centro clandestino de detención que funcionaba en la localidad de Funes, cercana a Rosario, conocido como “Quinta de Funes”. Posteriormente, Guerrieri, Fariña, Amelong y Pagano –según reza el Requerimiento Fiscal de Elevación de la Causa a Juicio- dispusieron su traslado al Hospital de Evacuación 121 de Paraná, llamado Hospital Militar, donde fue alojada alternativamente en la guardia de prevención y en la sala de internación conocida como Sala I. En ese lugar permaneció aislada y con estricta vigilancia militar.
Allí, Raquel dio a luz mellizos: un niño y una niña, a quienes las enfermeras llamaron Soledad y Facundo. Algunos médicos civiles que cumplían funciones en ese servicio advirtieron la presencia indebida de los bebés en la sala de Terapia Intensiva de adultos (de donde Zaccaría era Jefe), por lo que se dispuso su traslado inmediato al Instituto Privado de Pediatría de Paraná. La niña ingresó el 4 de marzo de 1978 como “López, Soledad”, y el varón seis días después como “López, NN”, recibiendo atención médica neonatológica, ya que había nacido con problemas respiratorios. Ambos obtuvieron el alta el 27 de marzo del mismo año.
La niña fue abandonada ese mismo día en la puerta del Hogar Huérfano de Rosario, siendo ingresada a allí como “N.N. María Andrea”, y posteriormente dada en adopción cumplimentados los requisitos y procedimientos correspondientes al matrimonio integrado por Raúl Gullino y Alicia Scola, quienes la llamaron Sabrina.
Foto: Mesa Juicio y Castigo