Por Marcelo Baridón (*)
El sistema de transporte urbano de pasajeros en colectivos en nuestra ciudad registra un déficit de carga en los horarios pico que padecen todos los días los usuarios. Para morigerarlo resulta indispensable e indiscutible aumentar la capacidad de carga. Los colectivos articulados producen ese efecto, transportan más usuarios en la misma franja horaria, reduciendo el déficit. Para extinguirlo resultan necesarias otras medidas: liberar el camino de los colectivos del estacionamiento de vehículos mediante carriles exclusivos, aumentar la cantidad de coches en los horarios picos; en definitiva privilegiar el transporte público por sobre el transporte individual, generando condiciones estructurales que animen al concesionario a invertir y mejorar el servicio, a la par de mantener un alto nivel de exigencias en cumplimiento de capacidad de carga y frecuencias.
El control satelital del cumplimiento de los horarios de los colectivos sustituyó al control humano con la planilla horaria. El control satelital es universal, abarca a todos los colectivos de todas las líneas, además de abarcar toda la franja horaria en la que se cumple el servicio. El control humano es limitado por una sencilla razón: la cantidad de personal disponible para hacerlo. Controlar un servicio de colectivos con inspectores las 24 horas del día los 365 días del año exige un ejército de inspectores. Ahora, con la tecnología con que dispone la Municipalidad desde el año 2.010, puede poner en manos del usuario el control, quién con un económico mensaje de texto podrá recibir en su teléfono celular información aproximada de cuanto falta para que el colectivo llegue a la parada.
Ambas medidas son saludables. Más capacidad de carga y más control. El camino que ahora retoma la Municipalidad de Paraná se inscribe en una política que privilegia al transporte público. Habrá que retomar también las exigencias de inversión de nuevas unidades, las que hace rato que no se incorporan, o bien poner on line las pantallas de control de tránsito y transporte que funcionan en el edificio municipal de cinco esquinas, o mejor aún convocar a las audiencias públicas para discutir horizontal y democráticamente la estructura y la modificación de las tarifas, o por que no, integrar el sistema inteligente de semaforización que posee la Municipalidad de Paraná al sistema, también inteligente, de control de transporte y tránsito, permitiendo mayor agilidad a colectivos y ambulancias.
Todas estas medidas fueron tecnológica y políticamente posibles cuando hubo decisión de gestión. Gracias a ello, la Municipalidad de Paraná se encuentra hoy sobradamente equipada para llevar adelante estas medidas, y nuestra comunidad dio sobradas muestras de cultura y comportamiento democrático en oportunidad de participar en las audiencias públicas convocadas para discutir tarifas. Por su parte, los concesionarios del servicio público modernizaron la flota cuando fueron exigidos.
Para lograrlo, falta tomar decisiones, más allá de que gestión municipal las tome. Para eso el usuario del servicio público de transporte urbano de pasajeros paga la tarifa y sus impuestos, para que el municipio gobierne.
(*) Ex subsecretario de Tránsito y Transporte de Paraná, durante el período 2007-2011