La familia pidió explícitamente una interrupción inmediata del embarazo, lo cual está siendo evaluado por la Justicia ya que más allá del pedido se sospecha que el pequeño cuerpo de la niña no resistiría la continuidad de la preñez, pero también se advierte que con tres meses de gestación no sería una intervención sin riesgo para la menor.
Los médicos que revisaron a la pequeña en los tribunales de Concordia advirtieron que los precoces 11 años de la niña presentan un desarrollo óseo en zonas de cadera que hacen impensable que el embarazo pudiera terminar con un final feliz. Remarcaron también la falta de desarrollo, que queda de manifiesto por la inexistencia de mamas y hasta de vello púbico. Todo ello conforma una situación que pondría en riesgo su vida y la de la criatura en caso de seguir adelante con la concepción.
El cuadro en realidad es mucho más delicado, porque también se advirtió que en caso de intentar una interrupción, deben contemplarse los riesgos graves de un embarazo de tres meses.
Funcionarios judiciales que tuvieron la oportunidad de dialogar con la niña, se sintieron conmovidos cuando la niña les manifestó su deseo de “volver a ser como antes”. Las decisiones a tomar en la causa estarán determinadas por los estudios y análisis solicitados al hospital Delicia Concepción Masvernat, cuyos resultados estarían listos para el próximo lunes o martes, según anticipó Diario Uruguay.