“Lo esencial va a ser la línea que plantee la Presidenta, en este año con fuertes discusiones que ya están abiertas con sectores de la producción, del trabajo y económicos, que no aflojan. La que va a marcar la agenda es ella”, aseguró Teresa García, secretaria parlamentaria del Frente para la Victoria (FpV).
En las primeras sesiones podrían tratarse temas pendientes con impacto social como los proyectos de muerte digna e identidad de género: los dos con media sanción de Diputados, el Senado los convertiría en ley. En la Cámara Baja se reanudaría el debate sobre fertilización asistida (quedó trunco en noviembre, en pleno recinto) y trata de personas. Y otros proyectos del Ejecutivo y de diputados oficialistas que el Frente para la Victoria (FpV) no logró aprobar el año pasado, cuando los bloques opositores -si se ponían de acuerdo- controlaban la Cámara. El Senado también avanzaría con el nuevo régimen laboral para las empleadas de casas particulares, ya aprobada en Diputados.
En marzo también llegaría a los recintos la declaración aprobada en la sesión especial conjunta de las comisiones de Relaciones Exteriores, en Ushuaia. Y desde el oficialismo especularon con que el Ejecutivo girará otras iniciativas vinculadas con el reclamo de soberanía por las Islas Malvinas.
La despenalización del aborto, otro tema con fuerte repercusión social, choca contra la negativa de la mandataria nacional.
Otra despenalización, la de tenencia y cultivo de marihuana para consumo personal, tiene posibilidades de aprobarse este año, tras el reemplazo de José Granero -en contra de la iniciativa y enfrentado con Aníbal Fernández- por el ex canciller Rafael Bielsa.
En la semana habrá reuniones entre referentes de los bloques para armar una agenda tentativa, publicó Clarín.