Son doce los mandatarios provinciales que dejarán su cargo a fines de 2007 y tendrán que buscar nuevos horizontes en sus carreras políticas.
Entre ellos hay varios con bastante peso propio en las decisiones que se tomaron en los últimos años. Uno de ellos es el bonaerense Felipe Solá, quien debió aceptar la decisión del presidente Néstor Kirchner de intentar una reelección como parte del "efecto Rovira", que produjo a fines de 2006 que varios mandatarios provinciales oficialistas desistieran de buscar su reelección.
Suerte similar corrió uno de los gobernadores más cercanos a Kirchner, el jujeño Eduardo Fellner, quien tenía todo para ganar en su provincia pero fue el primero en resignar su reelección por pedido expreso de la Casa Rosada.
Fellner es un hombre de extrema confianza de Kirchner y tendría asegurado un cargo en el próximo Gabinete nacional. Fue justamente el actual gobernador de Misiones, Carlos Rovira, quien abortó los sueños de continuidad de Solá y Fellner después de perder estrepitosamente en las elecciones constituyentes de esa provincia, en octubre de 2006.
En Misiones ganó el "No" y Rovira tuvo que armar las valijas y comenzar a despedirse de la Gobernación, pero pronto encontró un espacio donde darle continuidad a sus sueños políticos y es en la actualidad candidato a diputado por la lista kirchnerista.
Su llegada a la Cámara baja estaría garantizada como también le sucederá al actual mandatario de Santa Fe, Jorge Obeid, quien como en una repetición sistemática dejara la Casa de Gobierno para ocupar una banca en Diputados.
Obeid será el próximo 28 de octubre candidato del PJ y de esta manera, al igual que en 1999 cuando dejó por primera vez la Gobernación, volverá la Congreso nacional donde también estuvo entre 1991 y 1995, antes de asumir como mandatario provincial.
Por la Cámara alta competirán, casi con entrada asegurada, el actual gobernador de Salta, Juan Carlos Romero (por el PJ), y el mandatario chaqueño, el radical Roy Nikisch, que va por la alianza de UNA.
De todas formas, Romero alimenta sus propias ambiciones fuera del Senado y están relacionadas directamente con la normalización del PJ a nivel nacional y de buscar allí un cargo de conducción.
En tanto, Nikisch intentará seducir a un electorado que a nivel nacional en el Chaco apoya con amplitud a Cristina Fernández de Kirchner sobre Roberto Lavagna.
Quien rompió este molde de la política (gobernación-Congreso-gobernación) fue el entrerriano Jorge Busti, quien esta vez prefirió volver a sus fuentes y en las elecciones de marzo pasado se consagró como legislador provincial.
A la hora de "desensillar hasta que amaine", el gobernador de Córdoba José Manuel de la Sota hizo punta con su anuncio público de instalarse en Río Cuarto y disfrutar de "un año sabático" alejado de la política.
De la Sota, ahora enfrentado con Néstor y Cristina, buscará reagrupar sus fuerzas y dar el salto a nivel nacional a partir de 2009, aunque muchos lo imaginan cerca del PJ rebelde que posiblemente agrupe a Alberto Rodríguez Saá y a Eduardo Duhalde. Por su parte, el mandatario de La Pampa, Carlos Verna, es otro que se dedicará a "descansar" y según fuentes cercanas al mandatario se instalaría por un tiempo en Miami.
Verna, quien tenía la posibilidad de la reelección y un piso de aceptación en la provincia de 45 por ciento, decidió no postularse a ningún cargo. Según señalaron a Noticias Argentinasfuentes cercanas al gobernador, Verna tiene una "mala relación con Cristina Kirchner, que data de cuando ambos eran diputados en 1997" y eso condicionó su futuro político inmediato.
En tanto, el gobernador saliente de Tierra del Fuego, Hugo Cóccaro, ya anunció el adelantamiento de la entrega del poder en esa provincia a la arista Fabiana Ríos para el 17 de diciembre próximo -se anticipó un mes a la fecha original.