“Invoquemos a San Miguel para que nos defienda, para que siempre triunfe en nosotros, que nos dé fuerza para luchar no contra otros, sí contra estos poderes que son la mentira, la desintegración, la violencia, el despojo”, pidió ayer el arzobispo Mario Maulión, durante la homilía celebrada por la festividad del patrono de Entre Ríos.
El prelado formuló la convocatoria a todos los presentes en la Santa Misa: “Así como estamos, autoridades municipales, el intendente (Julio Solanas), representantes de las autoridades provinciales, de las Fuerzas Armadas y de seguridad, ustedes, cada uno de nosotros, sacerdotes, religiosos, debemos afrontar esa lucha”, a la que calificó como “ardua, pero con destino de triunfo, de vida, de paz, de alegría por saber que el Señor está con nosotros”.
De ese modo comparó el enfrentamiento entre el bien y el mal, en el que San Miguel Arcángel expresa el poder de Dios en la lucha contra el mal, con la realidad y los problemas que debe enfrentar la sociedad actual.
La ceremonia litúrgica –concelebrada por Maulión junto al párroco Alejandro Patterson– fue seguida por una gran cantidad de feligreses que casi desbordó la capacidad del histórico templo ubicado en calles Gardel y Buenos Aires.
“Custodios”
Al referirse a los ángeles, Maulión dijo que son “custodios de cada uno de nosotros, trabajando con frecuencia en el interior de nuestra conciencia, que nos recuerdan que la mentira sobre el hombre lo destruye, que la vida humana se realiza en plenitud en la paz, en la armonía, en la integración, en el cultivo de todo lo que hace que el hombre esté y viva en paz”.
Y añadió: “Los ángeles, y en este caso San Miguel, son los que luchan contra los poderes ocultos, pero presentes en nuestro mundo, que luchan para que la salvación de Jesucristo se instale en cada uno de nosotros; por esa vida que Dios trae, hombres y mujeres nuevos, con familias nuevas, trabajando en una sociedad que se haga solidaria y fraterna, afirmada sobre la justicia, la solidaridad, porque está fundada en la verdad. La verdad –repitió– ennoblece al hombre, la familia, el trabajo y la convivencia con valores realmente morales”.
Previamente, a pesar de la inclemencia climática de la jornada de ayer, se realizó una procesión por las calles adyacentes a la parroquia. Sin embargo, debió suspenderse la celebración al aire libre, en el escenario que ya estaba montado en plaza Alvear, frente al Museo de Bellas Artes.
“Debemos invocarlo y pedirle a San Miguel, patrono de nuestra provincia, pero también tomarlo como modelo en su incansable trabajo por la verdad, que es trabajar por la dignidad del hombre, la solidez de la familia, la coexistencia social y armónica y la amistad”, reflexionó el arzobispo.
Fuente. Uno