Mediante esta tarea, la Gendarmería Nacional está construyendo una base de Inteligencia Criminal, con el fin de combatir la inseguridad, el narcotráfico y la delincuencia, construyendo un mapa del delito. Sin embargo, desde la oposición sostienen que el Proyecto X está siendo utilizado como "una máquina de espiar y de clasificar a organizaciones políticas y sociales".
Entre otras cosas, los legisladores mostraron sus inquietudes sobre cuándo fue creado el proyecto en la Gendarmería Nacional; qué unidades están afectadas; cuál es la función del comandante general, Héctor Schenone, en dicha tarea y a quién le rinde cuentas por la actuación del mismo.
Además, los diputados opositores plantearon dudas sobre qué ingerencia tiene el Ministerio de Seguridad u otros organismos públicos de seguridad o inteligencia en dicha misión, y también qué personas y organizaciones no delictivas o criminales son investigadas actualmente en el marco de la polémica actividad, según consignó Parlamentario.
Los firmantes del proyecto plantean en el texto que dicha facultad de la Gendarmería "se ha utilizado en varias protestas de trabajadores -tal es el caso de la causa Kraft- en la que los oficiales de esa fuerza, vestidos de civil, se infiltraron entre los manifestantes para obtener datos de los líderes de los grupos y su modalidad de acción", algo que, según remarcaron, está prohibido por ley.