(de ANALISIS DIGITAL, desde Gualeguaychú)
Esta vez no hubo paraguas, ni pilotos, ni reclamos por devolución de entradas, ni comparsas a medias. El mayor espectáculo carnavalero del país arrancó casi a horario con sus promociones y exactamente a las 23 lanzó al ruedo a la primera de las comparsas previstas: O’ Bahía. La gente todavía se estaba acomodando y prácticamente lo hizo al ritmo del representativo del Club de Pescadores, en su búsqueda por lograr el título 2012 que hace tantos años viene buscando. Lamentablemente, los errores técnicos en sonido impidieron su normal desarrollo. Los pescadores tuvieron la mala suerte que justo cuando la Comisión de frente estaba formada para hacer el show ante el primer palco del jurado se cortó abruptamente la música e incluso por algunos segundos los integrantes no supieron qué hacer ante la situación. La gente del sonido del Corsódromo trató de superar el trance poniendo al aire la música grabada de la comparsa, pero no sirvió para que se hiciera el espectáculo que abre cada presentación, con la buena idea de “Golpe de suerte”, tratando de mostrar creativamente las particularidades de los juegos de azar, entre alegrías, desazones y golpes bajos.
O’ Bahía volvió a concretar un buen trabajo, incorporando algunos carros interesantes. No obstante, hubo algunos pasajes de falta de coordinación entre las escuadras, y, sin dudas, los afectó los permanentes problemas de sonido que tuvieron que soportar, más allá del denodado esfuerzo de Erna Peverelli, apuntando cada detalle y exigiendo el cumplimiento de cada esquema pautado. También se notaron algunas ausencias de determinadas figuras de la comparsa, como el caso de Jesica Hereñú. Su compañera, Silvina Pino, fue la que se llevó todos los aplausos en su tarea de pasista destacada. Lo que va en crecimiento es la tarea de la capitalina Fanny Bianco -ex integrante de los últimos grupos de teatro del desaparecido Fernando Peña- y su compañero Walter Soares, los principales actores de la historia y a quienes va atravesando cada uno de los integrantes y cuerpos de baile de la comparsa, en ese juego perverso con el azar.
Marí Marí salió pocos minutos después de la medianoche y sin dudas fue la mejor velada de los rojinegros. La comparsa brilló en puesta en escena, en coordinación y concentración, en el desarrollo del tema “Nun, Guardián de las Aguas”, con el especial protagonismo del ex Fobo, Titi Riciutto. Lo más saliente fue que, evidentemente, la comparsa, por primera vez, se mostró totalmente terminada en la confección de trajes e incorporación de escuadras. Algo similar sucedió con los movimientos mecánicos de determinadas carrozas. Por ende, lució de otra manera y en un nivel importante, aunque -por conocidas cuestiones económicas que afectaron y mucho-, sigue sin tener la contundencia de la campeona del año pasado. Para destacar, la diferencia que hubo en el sonido de la banda de música, respecto a la comparsa inicial. El grupo Toque de Samba, que conduce Martín Irigoyen y con las voces de Daniel Caire, Emilio Benetti y Camila Gutiérrez, no tuvo baches y eso fue determinante.
El cierre fue de Papelitos. La comparsa de Juventud Unida arrancó con un ritmo inusual en su banda musical (no estuvo su líder, Titi Pauletti) y ello provocó que los integrantes avanzaran de modo diferente a noches anteriores. De la mano de Rubén Rodríguez -quien sigue a sus integrantes todo el tiempo, controlando cada una de las escuadras-, los grupos iniciales de Papelitos avanzaron los primeros 200 metros a un ritmo acelerado que a muchos sorprendió. El “Fogón de murga” ideado por el brillante Joaquín Arias -en este cuestionamiento que se hace del carnaval- también se mostró completo, con carros y aderezos. La banda musical sonó a la perfección y pese al cansancio de la velada, la gente aplaudió y cantó en casi todo su desarrollo, mostrando así su reconocimiento al trabajo de los comparseros. Algunas figuras individuales siguen creciendo noche a noche (como Fernanda Rivas, que se afianza en la pasarela con su sensualidad y belleza) y la mayor ovación se la llevó nuevamente Martín Piaggio y Noelia Mouzo, con el trabajo frente al jurado que hace la batucada, pese a algunos cuestionamientos por la extensión del show.
Fue una noche soñada la de este último sábado de enero, que finalizó cerca de las 3.30. Las comparsas mostraron que están en el nivel de importancia que siempre las caracterizó; existe una paridad como pocas veces se observó en los últimos tiempos y los resultados finales del mes fueron satisfactorios. Llega febrero y será un mes definitorio para muchos; para quienes pretenden lograr el título 2012 y también para los organizadores.