Los altos porcentajes que mostró Entre Ríos desde el inicio le dieron la chance de marcar tendencia rápidamente. Esto, sumado a que su rival expresó todo lo contrario, fue primordial para el 18-5 que el tablero expuso en los primeros cinco minutos de la noche.
Con Maximiliano Morel Phol de entrada, presionando toda la cancha, rompiendo fácil una zona 2-3 que ordenó Juan Carlos Morales a sus dirigidos, con las penetraciones de Sebastián Vega o el óptimo trabajo de los internos, Entre Ríos controló las acciones con tranquilidad. No obstante, a poco de culminar la etapa, el DT entrerriano solicitó un tiempo muerto cuando su equipo se encontró ante su primer bache (20-11).
La eficacia mermó y ni el ingreso de Pablo Jaworski trajo a la memoria la buena tarea del comienzo. Fue así que Jujuy, más allá de sus limitaciones, cerró un parcial de 10 a 2 dejando una mejor imagen.
La defensa también tuvo sus fisuras y los jujeños quedaron solamente a tres tantos (17-20). Cuando Entre Ríos se acomodó en este rubro y en ataque rotó mejor la bola volvió a asemejarse al de los primeros minutos. Pero todo pareció ser un espejismo, es que los del Litoral siguieron perdidos frente a la zona del dueño de casa y abollando el aro desde el perímetro dejaron de lado cualquier suposición previa de que el encuentro sería un trámite.
De no ser por la inexperiencia, Jujuy hubiese sacado mayor rédito, más aún cuando pasó al frente por primera vez y despertó el fervor de su gente (28-25). Solamente cinco puntos en casi siete minutos, la respuesta que Amden buscó pero no encontró en su banco, por si fuera poco, la maldición de los simples. Entre Ríos navegó por un mar de incertidumbres y los anfitriones, que para fortuna de los mesopotámicos tampoco estuvieron derechos con sus simples, siguieron arriba merced también a un par de triples.
Asumiendo que la noche estaba complicada, reconociendo que Jujuy mostró, hasta aquí, su mejor versión del certamen, Entre Ríos intentó suplir su errática noche con actitud. Por su parte, Jujuy se “agrandó”, y con la confianza por las nubes castigó con un lanzamientos externos que lo alejaron a siete (47-40).
La ingenuidad y el hecho de estar superando a un “grande” derivaron en cierta ansiedad que llevó a los locales a tomar determinaciones apresuradas que “la visita” logró capitalizar a cuenta gotas, al menos, para arribar al último tramo en tablas.
Después de mucho tiempo, un doble de Jaworski le devolvió el liderazgo a los suyos (49-48). Un triple del Chuzito González, seguido por una corrida definida por Rebecci le devolvieron las esperanzas a un Entre Ríos abrumado. El conjunto de Amden, con cuatro minutos por disputar, sacó una buena ventaja, para lo que fue el juego (57-50).
A esto se sumó que Jujuy malogró oportunidades desde la línea y el camino parecía allanarse. Pero el sufrimiento acompañó a los litoraleños hasta el cierre mismo, ni hablar cuando los locales, otra vez, empataron en 59. Pero dos triples, uno de Morel Pohl y otro de Rebecci, trajeron respiro y le dieron la chance a los entrerrianos de cerrar una nueva victoria, en una noche para olvidar bien rápido, da cuenta El Diario.
Foto: El Diario.