De un segmento inicial sin muchas emociones salió airoso el conjunto de Sebastián Méndez. Con el juego por las bandas como arma más peligrosa, sobre todo por el lado izquierdo, y Facundo Ferreyra como carta de ataque, el local aprovechó los problemas que tuvieron los de Jorge Da Silva para hacer pie en el medio, con los tibios Diego Villar, Nicolás Olmedo e Israel Damonte. El que mejores intenciones tuvo allí fue Mariano Donda, pero le faltaron socios.
En el inicio, Ferreyra tocó un balón apenas afuera y luego Nicolás Sánchez desperdició un cabezazo por falta de puntería. Hasta que, a los 16 minutos, llegó la alegría del Taladro. Diego De Souza envió un centro desde la izquierda, Leonardo Sigali despejó mal, la pelota pegó en el travesaño y el rebote fue capitalizado por Jorge Achucarro empujándolo por el segundo palo.
Banfield supo entonces administrar la ventaja sin pasar mayores sobresaltos. Y los mendocinos no reaccionaban ni con fútbol ni con actitud, pese a estar obligados para seguir en la lucha. Después, Ferreyra casi bate a Sebastián Torrico, el arquero dio rebote y el mismo Ferreyra pifió a medias el remate para disolver la jugada.
El segundo período pareció continuar en el freezer hasta que Godoy Cruz, que no encontraba respuestas, se topó con la igualdad. Fue a los 14 minutos, cuando tras un tiro libre desde la derecha de Donda, Leonardo Sigali se elevó por la izquierda y cabeceó cruzado para que el balón pegara en el palo e ingresara en el arco de Enrique Bologna.
El tanto pareció ser la señal que esperaba el Tomba para convertirse en protagonista. Copó el mediocampo, se adelantó y, con actitud ante un rival sin respuestas, empezó a jugar en tres cuartos de cancha y generar chances. Y así llegó la jugada de los 21 minutos: Villar metió un sablazo desde muy lejos que pegó en el travesaño y luego dentro del arco, antes de ser controlado por Bologna. Era gol, pero ni Saúl Laverni ni su asistente Ariel Bustos lo convalidaron.
El asedio visitante no mermó pese a las protestas, y Carlos Sánchez malgastó otra chance. Enseguida, a los 24, Sigali vio la roja por seguir protestando y el clima se enrareció completamente. Hasta que, a los 35, Gustavo Toledo bajó claramente en el área al ingresado Alvaro Navarro y, esta vez, Laverni no cobró nada pese a encontrarse a pocos metros. Ardía el conjunto de Mendoza, señala TyC Sports.
Después, Banfield tuvo una con un tiro desviado de Toledo, y el Bodeguero jugó sus últimas fichas sin ligar nada: Carlos Sánchez disparó cruzado al palo, el ingresado Emanuel Aguilera remató un tiro libre que ahogó Bologna y otro llegado del banco, Juan Carlos Falcón, volvió a toparse con el arquero.
El final llegó entonces con el enojo mendocino, que pese a alcanzar la cima no pudo aprovechar la oportunidad de ostentarla en soledad y meterle más presión a sus competidores, y el tenue alivio de Banfield, que dejó atrás tres caídas seguidas pero vio su nivel en un tobogán demasiado empinado como para quedar conforme.