Los chaná fueron un pueblo que habitó las costas de los ríos Uruguay y Paraná desde hace unos 2000 años (es decir, aproximadamente para la época en que en Europa se alzaba el Imperio Romano) hasta la llegada de los españoles. Poco antes de eso, los guaraníes habían invadido la zona, y la historia que cuenta Blas Jaime, último hablante de chaná, asegura que una alianza entre los guaraníes y los españoles concluyó en una traición que exterminó tanto a su pueblo como a los charrúas, que habitaban buena parte de lo que hoy llamamos República Oriental del Uruguay.
Pacto secreto
Los españoles llevaron a cabo un feroz atropello a las costumbres chaná acuñadas durante miles de años. “A los chicos que hablaban chaná les cortaban la lengua o les pinchaban un ojo, así que en poco tiempo ya nadie escuchó hablar esta lengua”, cuenta Blas Jaime. Por este motivo, las mujeres chaná establecieron durante cientos de años un pacto secreto: le enseñarían a sus hijas la lengua y las costumbres con el objetivo de que no se perdieran, pero debían mantenerlas en absoluto silencio. Jaime accedió a tal tesoro cultural porque todas sus hermanas murieron y durante casi 15 años su madre lo adiestró en esa cultura con lecciones y exámenes nocturnos.
En el libro editado por la Editorial Entre Ríos, Blas Jaime escribió junto al Licenciado en Letras Pedro Viegas Barros el primer Diccionario de la Lengua Chaná, el cual fue declarado de Interés Legislativo por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Además, los presidentes Evo Morales y Rafael Correa, tienen ejemplares en su poder.