Las “universidades K” recibieron en 2015 el doble de recursos extra que las más grandes

El trabajo indica que el 35% de los gastos ejecutados en 2015 por las 17 universidades creadas en la era K provino de esos recursos extraordinarios. En cambio, las 29 universidades más grandes solo obtuvieron la contribución del 20% por afuera del presupuesto. Así, mientras que las tradicionales gastaron $33.500 por alumno en promedio, las nuevas recibieron $42.000, 28% más. Similares cifras recibieron las siete universidades creadas en los noventa, durante el menemismo.

Se pueden ver casos de grandes diferencias: mientras que la de Villa Mercedes San Luis (creada en 2009) obtuvo $238.000 por alumno, la Universidad Nacional de esa misma provincia gastó $38.000. Las que menos obtuvieron en 2015, de todos modos, son la Tecnológica (apenas $6.400 por alumnos), La Plata ($7.800) y Rosario ($7.800).

“La clave de este desequilibrio está en que estos fondos se manejaron en forma discrecional, por afuera de la ley de presupuesto. Lo hizo el gobierno anterior para disciplinar al conjunto de las universidades nacionales o premiar a los propios –dice Brenda Austin, diputada nacional por el radicalismo–. Los datos muestran que las universidades más grandes fueron muy perjudicadas. Y esto afectó al 90% de los estudiantes.” Hoy, cinco universidades nacionales concentran el 50% de los estudiantes. La UBA tiene el 21,6%, le sigue la Universidad de La Plata y la Nacional de Córdoba con el 7,6% cada una, la UTN con el 5,8% y la de Rosario, con el 5,3% del total de alumnos. Estas universidades masivas están entre las que menos dinero recibieron en 2015 en términos proporcionales.

“La discrecionalidad se fue acentuando en los últimos cuatro años. La universidad de Avellaneda y otras alineadas con el anterior gobierno fueron de las más beneficiadas. Sin embargo, no todas las nuevas sacaron provecho. Se creó un modelo de hijos y entenados que ahora tenemos que cambiar”, afirma José Riccardo, ex rector de la Universidad Nacional de San Luis y actual presidente de la Comisión de Educación en Diputados.

Las nuevas universidades no solo tienen menos alumnos, sino que además reciben más dinero por cada uno de ellos y son las que menos gastaron en salarios docentes, indica el informe elaborado para la auditoría.

“La distribución discrecional de los recursos afecta el pleno ejercicio de la autonomía universitaria. Por esta vía ahogaron a las universidades grandes, que necesitaban recurrir al Ministerio para pedir fondos extra. Se puede hacer un parangón con la coparticipación federal: el kirchnerismo también ahogó a las provincias que no se alineaban”, dice Austin.

El informe al que tuvo acceso Clarín divide el gasto universitario de cada institución en tres rubros: salarios, gastos de funcionamiento y otros. En promedio, el 85,3% de los gastos ejecutados en 2015 fue a salarios, el 9,1% a gastos de funcionamiento y el 5,6% restante a una serie muy variadas de líneas programáticas. Las universidades grandes son las que más gastan en salarios de sus docentes.

“Ya en el presupuesto de 2016 se ve una gran disparidad. Por ejemplo, la Matanza recibió 1.700 dólares por alumno pero la Universidad del Oeste 5.000 ¿Por qué tanta diferencia? En Rosario un graduado costó 22.000 dólares, pero a Jujuy le costó 270.000 y a la Universidad de Tucumán 87.000. ¿Por qué tan poco presupuesto para los graduados de Rosario?”, se pregunta el especialista Alieto Guadagni.

Reunidos en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). los rectores de las universidades nacionales hace diez años que vienen trabajando en la elaboración de criterios “objetivos” para la asignación de recursos, tales como la cantidad de alumnos, relación docente alumno, cantidad de investigadores, de laboratorios, unidades académicas. Es el principio de la igualdad que muchos pretenden. Siempre y cuando luego no se haga la diferencia con los recursos extraordinarios.

Al cierre de esta edición se estaba discutiendo en el Congreso la nueva ley de presupuesto de 2017 que va a determinar, entre otras cosas, cuánto recibirá del Estado cada universidad nacional. En voz baja, los rectores de las universidades más grandes vienen señalando desde hace años que han sido discriminadas en el reparto, mientras eran beneficiadas las que se alineaban políticamente con el gobierno anterior.

Pero el clima de época cambió. El presupuesto que trata el Congreso ahora sí cuenta con el consenso de las universidades tradicionales. Clarín accedió a los anexos en donde figura la inversión que irá a las universidades en 2017, que contempla un incremento de 50% si se compara contra lo aprobado el año pasado, y de 19% si se lo compara con lo que se estima que recibirán todas al cierre de 2016 (presupuesto más recursos extra). En términos del ingreso total del país, los legisladores estiman que se mantiene un gasto equivalente a 0,81% del PBI.

Entre las metas que se fija para el año que viene figuran pasar de 81.795 graduados a 88.153; de 1.494.562 alumnos a 1.538.576 y de 27.500 docentes investigadores a 30.000. Mientras que se prevé una baja en la cantidad de alumnos de bajos recursos becados: de 19.334 a 14.350 durante 2017.

A último momento y por pedido de algunas universidades y sus provincias, los legisladores agregaron $ 1.005 millones al presupuesto universitario, que se repartirán entre 17 casas de estudio: Centro, Córdoba, San Martín, La Matanza, Litoral, Lomas de Zamora, Mar del Plata, Rosario, Salta, Tecnológica, Tres de Febrero, Noroeste, Río Negro, Del Oeste, Arturo Jauretche, Hurlingham y Rafaela. Mientras, continuaban las negociaciones para incorporar a nuevas universidades a este reparto.

De aprobarse como está, este será el presupuesto más cercano -en muchos años- entre lo pedido por los rectores y lo finalmente sancionado.

Fuente:Clarín

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