El Ministerio de Educación de la Nación habilita a que los secundarios encuentren una tercera chance en el sistema educativo de modo de no fracasar y perder así el año escolar. El que no aprueba en diciembre, va a febrero, y si en febrero también fracasa, puede recuperarse en marzo.

Tucumán es una de los distritos donde sí se aplica esa modalidad. En esa provincia, las escuelas secundarias fueron autorizadas a abrir una segunda instancia para que los estudiantes que fracasaron en febrero puedan volver a rendir en marzo. Las mesas examinadoras se constituirán entre el 26 y el 28 del actual.

Una medida similar adoptó en La Pampa, donde la cartera educativa respondió a pedidos expresos formulados por las escuelas, según dijo Griselda Conde, directora General de Educación Secundaria y Superior. La funcionaria confió en que esa oportunidad “sea aprovechada por los alumnos para estudiar y preparar las materias pendientes, y que logren obtener resultados satisfactorios en estas instancias de evaluación”.

Igual medida adoptaron las autoridades educativas de Misiones. Debido al alto nivel de ausentismo y de reprobaciones en las mesas examinadoras de febrero, el Ministerio de Educación de esa provincia decidió que aquellos que adeuden hasta tres materias, tendrán una nueva oportunidad para rendir en marzo.

En Entre Ríos, el Consejo General de Educación (CGE) decidió que aquí los estudiantes secundarios que reprobaron en febrero, y que acumulan más de dos materias previas, directamente reprueban el año.

Mangeón destacó que el sistema da un abanico de oportunidades para promocionar: las tutorías disciplinares, especie de “maestras particulares” que trabajan dentro de la misma escuela, y el nuevo régimen de promoción, que obliga a los profesores de secundaria a destinar una semana de revisión de saberes al concluir cada trimestre y antes de tomar los exámenes.

Pero además, los estudiantes cuentan con instancias suficientes, dijo, para poder promocionar materias y evitar el fracaso. Primero, las mesas de diciembre, después las de febrero, y al final, la posibilidad de pasar de año llevándose dos materias previas, que podrá rendir a lo largo del año.

De todos modos, Mangeón señaló a El Diario que de acuerdo a un primer relevamiento -un sondeo a modo de mapa muestral se conocerá en los próximos días- da cuenta que los rendimientos de los alumnos han sido satisfactorios. “No hay un incremento de repitentes, como pensábamos que podría ocurrir”, opinó.

En Educación dicen que Entre Ríos está “por encima” de la media nacional en rendimiento escolar en tres disciplinas clave: Ciencias Naturales, Ciencias Sociales y Matemática. Entre Ríos sólo está por debajo de la media nacional, con un 5,6, en una única materia, Lengua.

Aunque la meta, aseveró Mangeón, es seguir mejorando en rendimiento escolar. De modo que descartó que en lo inmediato pueda resolverse algún cambio en aspectos que tienen que ver con la cantidad de materias previas que puede tener un alumno –aquí es dos, pero en otras provincias, tres– o establecer más instancias de evaluación para los que reprobaron en febrero.

“El relevamiento que estamos haciendo ahora sobre las escuelas que tomamos a modo de muestra nos dará información para adoptar algunas medidas pedagógicas, como asignar más horas de tutorías, ampliar los beneficios del Plan Mejora o trabajar en la capacitación de los profesores”, aseguró.

Aunque afirmó que Entre Ríos tendrá “autonomía” respecto de decisiones en materia educativa. “No pensamos en dar más oportunidades a los chicos, porque la gente ya empieza a hablar de que hay demasiado facilismo. Para nosotros no es así”, apuntó.

En realidad, en 2011 el Consejo de Educación reformó el sistema de promoción de estudiantes secundarios. El nuevo esquema prevé que haya en la última semana y antes del cierre de cada trimestre, “instancias de integración de saberes para todos los estudiantes”. Así, los que no aprobaron, tendrán la posibilidad de promocionar una determinada asignatura.

Y cada escuela está obligada, al inicio de cada año, a dar a conocer de modo fehaciente a alumnos y padres qué sistema de evaluación y calificación utilizará. Aunque también da cabida al derecho a peticionar: un estudiante, o un grupo de estudiantes o también los padres, pueden pedir una revisión sobre alguna “instancia del proceso de evaluación, debidamente fundado”.