Al salón del Rectorado llegaron alumnos y profesores para marcar presencia y exigir que se respete el cronograma aprobado por unanimidad en septiembre pasado. En rigor, bregaban por la nulidad de una iniciativa que planteaba una prórroga, maniobra que fue entendida como “una traba más al proceso de normalización”.
El sector que se impuso y movilizó lo conforman las profesoras Laura Naput, Graciela Mingo, Enrique Raffín, Victoria Espinoza y estudiantes. A la elección llegaron con 11 votos asegurados, según contaron a Página Política. Pero finalmente alcanzaron los 14.
Es que algunos docentes inscriptos como aspirantes a concursos ordinarios habían hecho presentaciones solicitando a las juntas electorales de sus respectivas facultades (ninguna de la Facultad de Humanidades) la prorroga en el cierre definitivo de los padrones por no haberse consustanciados los concursos que podrían modificar su condición de electores en ciudadanos plenos.
En el Rectorado se vio a Mingo, ahora en carácter de consejera superior por el claustro docente, condición que retomó cuando dejó el Rectorado en el medio de la polémica.